viernes, 20 de diciembre de 2019

HATE ETERNAL - "Fury & Flames": manteniendo eterna la llama


He de confesar que me ha costado entrar en “Fury & Flames”. Siendo HATE ETERNAL una de mis bandas favoritas en lo que a Death Metal brutal (cambia el orden si quieres) se refiere, una vez más las producciones de Rutan generan que tenga que darle varias oportunidades al trabajo para poder llegar a disfrutarlo. Voy a tener que ir al médico porque me pasa con todos los discos producidos por él y empiezo a creer que soy el único. En cualquier caso, una vez superada mi fobia personal y empapado totalmente por la furia de HATE ETERNAL, vuelvo a quitarme el sombrero ante un disco que se puede considerar una recopilación de los tres álbumes anteriores y que supera las expectativas creadas y aumentadas por el hecho de que Alex Webster de CANNIBAL CORPSE se haya hecho cargo del bajo en este disco, y seguramente algo haya tenido que ver en que la banda de Rutan esté ahora en la discográfica del caníbal, Metal Blade.

Retomando las ideas que lanzaba en la introducción: “Fury & Flames” es un compendio de todo lo que, de momento, ha dado de sí la carrera de HATE ETERNAL, diciendo esto como una virtud y no como un signo de estancamiento. Si “Conquering The Throne” bebía directamente de MORBID ANGEL con una dosis de brutalidad mayor y “King Of All Kings” llevaba a una exageración casi imposible de seguir la técnica y la soberbia sonora, hasta el punto de que el disco, escuchado por primera vez, podía parecer una muralla de riffs casi impenetrable, “I, Monarch” se ralentizaba y reflexionaba sobre la senda que, sin querer, había abierto HATE ETERNAL y que era palpable en más de un grupo que bebía directamente de ellos. De esta manera “Fury & Flames” parte de donde lo dejó “I, Monarch”, pero potenciando un poco más la brutalidad y menos la variedad, mirando nuevamente de frente a “King Of All Kings”, pero sin relajarse y quedarse en la mera auto imitación. En consecuencia, “Fury & Flames”, hace honor a su nombre y explota en una tormenta furiosa de Death Metal en estado puro, con todas las señas de identidad de HATE ETERNAL y profundizando en todo el bagaje que atesora el grupo, con lo que nadie que haya escuchado las obras previas se sentirá defraudado.

¿Dónde se encuentra la evolución? En matices que en primeras escuchas no son apreciables pero que van apareciendo poco a poco. Fundamentalmente, las guitarras. La incorporación de un segundo guitarrista Shaune Kelley, viejo conocido de Rutan en RIPPING CORPSE, presente no solo en labores rítmicas, sino también solistas, se nota haciendo que vuelva a nuestra memoria el primer disco de la banda donde también estaba como segundo guitarrista el gran Doug Cerrito. ¿En qué se nota? en un tratamiento más cuidado del aspecto “melódico” de los riffs. No todo es técnica y virtuosismo, HATE ETERNAL ha aprendido con el tiempo ha aumentar el grado de oscuridad y brutalidad con unos solos fríos y cargados de maldad y, sobre todo, con unos riffs con un regusto clásico y luciferino, al más puro estilo MORBID ANGEL, ANGELCORPSE, DEICIDE... es decir, despiadados y afilados. Y todo esto, que ya estaba presente en “Conquering The Throne”, y que fue un poco abandonado en “King Of All Kings”, es retomado por Rutan de una manera mucho más llamativa en “Fury & Flames”, con un trabajo rítmico igual de alocado y brutal (Alex Webster no tiene ningún momento de lucimiento, pero ayuda a aumentar la contundencia del trasfondo musical de los cortes), pero con un mayor cuidado a la hora de estructurar los temas, recreándose en unas formas más atmosféricas y añejas.


En cuanto al sonido, Rutan sigue en su línea, loada por muchos pero que a mi me cuesta abarcar al principio: se busca un efecto de conjunto antes que un efecto individual, de tal manera que, emulando a los dioses IMMOLATION el disco desprende oscuridad desde el primer momento, pero al contrario que los citados, no engancha de igual manera. En los momentos donde los riffs buscan hacernos vibrar con tonalidades enigmáticas y tenebrosas, la producción despliega todas sus bonanzas, pero en los pasajes más técnicos, me sigue pareciendo que el sonido que consigue Rutan es demasiado caótico y no deja apreciar todos los matices de las guitarras. Pero insisto, esto es una manía personal porque en todos y cada uno de los discos producidos por este hombre me ha pasado igual (“Kill” de CANNIBAL CORPSE, “Icons Of Evil” de VITAL REMAINS...) y al final se han convertido en imprescindibles para mi.

Ya metidos en la materia compositiva propiamente dicha, “Fury & Flames” es un no parar de principio a fin, sin espacio para el relleno ni para el descanso, pero a la vez sin los excesos del pasado, todo calculado para que el disco tenga personalidad y variedad en sí mismo. Es de resaltar que todos los temas tienen una dedicatoria especial, siendo la foto de la contraportada del disco un homenaje a la persona de Jared Anderson, miembro en el pasado de HATE ETERNAL y que como muchos sabrán falleció hace relativamente poco, con lo que Rutan, ha decido ofrecer todos los temas de “Fury & Flames” al que fuera su amigo y compañero, y en parte pienso que se ha contagiado en la forma de componer. El disco se abre con dos trallazos imprescindibles: “Hell Envenom”, con unos solos fríos y afilados como pocos y uno de los mejores momentos del trabajo, y “Whom Gods May Destroy”, un tema donde el trabajo rítmico es de órdago, destacando (como en todo el disco) el nuevo batería, Jade Simonetto, proveniente de una banda de Metalcore, CAMILLA RHODES y que tenía la dura misión de hacer olvidar al mercenario Derek Roddy.

La voz de Rutan vuelve a emular una vez más a su mayor influencia en este aspecto, Glen Benton, pero con un tono algo más aspirado lo que da mayor profundidad a los temas, aumentando su perversidad, como se aprecia en “Bringer Of Storms”, probablemente uno de los temas de mayor oscuridad de todo el disco gracias al uso de pesados riffs y voces demoníacas a lo DEICIDE y que comparte protagonismo en este aspecto con “The Funerary March”, cuyos riffs son ejemplo de técnica y frialdad a partes iguales. Como tema técnico donde los haya “”Fury Within”, brutal en toda su extensión y nuevamente con un Jade Simonetto que nos deja exhaustos, y para tener otro ejemplo de oscuridad y clasicismo tenemos el cierre del trabajo, que juega con el título del redondo en francés: “Tombeau (Le Tombeau De La Fureur et Des Flames)” y que también deja el listón muy alto antes de la outro instrumental “Coronach”. 

Con todo lo dicho, si ya conocías el pasado de HATE TERNAL, “Fury & Flames” se convertirá seguro en otro disco alabado por tu parte, en el caso de que quieras adentrarte en el trabajo de la banda de Tampa, este nuevo álbum puede ser una buena oportunidad porque sirve de resumen de su trayectoria. Una banda que ha acabado por abrir camino y ser de las que influencian y no a la inversa, regresa con un disco a tener muy en cuenta en el top-ten del Death Metal del 2008.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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