Como el Fénix que renace de sus cenizas, renace ASIA después de muchos, muchísimos años, con su formación original, aquella que le dio la fama hace más de veinte años y que hizo que un grupo, que muchos catalogaron de prefabricado, regalara alguno de los mejores temas repetidos hasta la saciedad en la radio y presentes en cualquier manual de la historia de la música “contemporánea” de la época. Sólo Downes se mantuvo fiel al grupo y procuró darle continuidad y, ni en mis mejores sueños, pensé que iba a poder reencontrarme con Howe, Palmer, y Wetton todos otra vez unidos en amor y compañía para crear un nuevo disco de ASIA, hasta que hace ya bastantes meses se supo que todos volvían al redil y que grabarían nuevo disco y darían conciertos. La sorpresa fue grande, y las ganas por escuchar este “Phoenix” crecían conforme se acercaba la fecha de su salida. Por fin lo tengo en mis manos y el resultado es magnífico, bastante más que correcto y para salir del paso, algo más que notable, sobresaliente diría yo... aunque no estemos ante otro “Asia” o ante otro “Alpha”.
He de confesar que no llegué a escuchar los últimos trabajos de ASIA. “Aqua” fue lo último de lo que me empapé, aunque me dijeron que lo último que sacaron (bueno, más bien que sacó Downes, pues era el único miembro original), “Silent Nation”, sin ser un gran disco, tenía buenos momentos. En consecuencia no puedo comparar “Phoenix” con los tiempos más cercanos de ASIA, lo cual puede interpretarse de dos maneras por el que lea esta crítica: mi predisposición ante “Phoenix” parte de ilusiones renovadas, pues siempre tuve ganas de volver a escuchar a toda la formación original y no me veo “contaminado” por lo mejor o peor que haya facturado el grupo en el resto de su historia. Por otro lado, puede interpretarse que el lastre que hay en mí de los primeros discos de ASIA es muy fuerte y no pueda apreciar todo lo objetivamente posible este “Phoenix”, no pudiendo evitar comparaciones odiosas con tales obras. En cualquier caso, y antes de pasar a impresiones más subjetivas, debo de reconocer que “Phoenix” es un disco de impecable factura: sonido, instrumentación, composición... todo posé la elegancia y las buenas formas típicas de ASIA, luego, sea cual sea la postura del que lea esta reseña, no dudéis en escuchar esta obra, porque muestra a una banda si no a la altura de sus mejores momentos, sí en plena forma.
Analizaré primeramente los “envoltorios”. La portada es quizás demasiado sobria para ser de ASIA, perdiendo ese toque naturista / futurista que caracteriza a otros discos del grupo, pero cierto es que consigue el efecto de “resurgimiento de las cenizas” que título y animal de portada pretenden conseguir. En cuanto al sonido, no se puede poner ni una sola tachadura: los cuatro miembros de ASIA han producido la música de manera soberbia, con un sonido clásico, centrado en la elegancia, en el aire de fanfarria de los teclados y en la sutileza de las guitarras y potenciando la aterciopelada voz de Wetton, haciendo que cada tema sea sinónimo de buen gusto y de brillo por méritos propios. No se puede decir que sea una superproducción a la altura de sus clásicos, pero sin caer en modernidades que no harían ningún bien a la música de ASIA, el resultado sonoro, sin meterme en lo que a composiciones se refiere, es ideal.
Y finalmente me queda por hablar del trabajo creativo en sí, de una manera global: he aquí el punto menos sobresaliente del disco, si es que se puede llamar así. “Phoenix” es un disco que se disfruta de principio a fin, sin puntos flacos, completo, variado, combinando momentos más virtuosos con otros más íntimos y emotivos... pero carece de hits. No se encontrará un “Heat Of The Moment”, ni un “Soul Survivor”, ni un “The Heat Goes On”... Pero, sinceramente, pedir tal cosa sería pedir demasiado. Los citados temas son el pasado, no se puede pedir que compongan como si no hubieran pasado veinte años desde entonces. Por eso hay que analizar “Phoenix” desde la perspectiva actual, comprobando si se mantiene el grado de inspiración aunque no se logre la misma magia, y ASIA ha conseguido en este disco alcanzar un grado alto de inspiración en muchos momentos, y aunque no haya ningún momento superlativo, todo desprende sentimiento y las señas de identidad del grupo siguen ahí, siendo otro punto a favor para alabar a “Phoenix”.
Pero me dejaré ya de rodeos: el disco se abre de manera sobresaliente con “Never Again”. Sin ser un tema para el recuerdo y a la altura de sus clásicos, es puro ASIA, con un Wetton en plena forma y la elegancia y la capacidad de atracción característica del grupo que lo convierten en fundamental para los seguidores del AOR de los ochenta. Tampoco anda lejos “Nothing´s Forever”, un tema menos accesible, aunque también con un estribillo fundamental, mostrándose en sutiles pinceladas el por qué Steve Howe es tan buen guitarrista. “Heroine” vuelve a terrenos más pasajeros y accesibles, centrándose en la voz de Wetton como principal reclamo, y preparando el terreno para uno de los mejores momentos del disco: “Sleeping Giant / No Way Back / Reprise”, donde la parte “sinfónica” de ASIA sale a relucir en una larga suite de más de ocho minutos que tiene en Downes y Howe sus maestros de ceremonias, sin dejar la parte accesible y AOR del grupo a un lado. Toda una lección de sencillez y magistral estructuración que deja el listón alto para el resto de composiciones del disco.
Volviendo a la ligereza y al “easy listening”, “Alibis” podría ser un buen single si viviéramos en los ochenta: toda la música centrada en los teclados y en la voz de Wetton, con unos coros que potencian su belleza y un Howe que aporta algún momento brillante en medio del protagonismo de Downes. Sin bajar el nivel, “I Remember You” es el momento “mechero” necesario del disco, íntimo, cálido, personal, bello... puro sentimiento por lo que supongo que en directo servirá para caldear el ambiente. Con “Shadow Of A Doubt” se recupera un poco la senda de los dos primeros cortes, sin abandonar la sencillez y la elegancia, se dota a la composición de un poco más de fuerza, convirtiéndolo en un tema memorable, sin embargo ensombrecido por el otro momento culminante, la otra composición extensa que sobrepasa los ocho minutos, “Parallel Worlds / Vortex / Deya”, donde Wetton suena por momentos desgarrador y Howe deja alguna de sus mejores aportaciones (las acústicas del último pasaje son increíbles), además del hecho de que la parte media de la suite, “Vortex”, es de lo más excitante y “progresiva”, dejando espacio hasta para un momento de lucimiento de Carl Palmer.
Para el final restan cuatro composiciones que no deben quedar ensombrecidas: “Wish I´d Known All Along” es una canción típicamente de los ochenta, con cierto aire latino en su ritmo, aunque sin perder las señas de identidad de ASIA. “Orchard Of Mines”, sin embargo, sí que baja un poco el nivel con un tema algo prefabricado que se aleja del sonido del grupo por ser demasiado oscuro en mi opinión, sólo recuperándose la magia de la mano de “Over And Over”, otra oda al buen gusto que nos tendrá a punto de tararear sus melodías mientras la escuchamos, pero sobre todo se recupera con “An Extraordinary Life”, un tema perfecto y hasta cierto punto rockero, siendo ideal para cerrar el trabajo. Como se puede ver ASIA ha conseguido volverme a enamorar, y aunque soy consciente de que no estamos ante un clásico a la altura de sus primeros discos, “Phoenix” destila buen gusto y se convierte en un lanzamiento altamente recomendable para los amantes del AOR edulcorado y cargado de sentimiento. ¡Qué ganas de verles por fin con esta formación!
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario