domingo, 15 de julio de 2012

JOSHUA REDMAN ELASTIC BAND - "Momentum": Dejándose llevar


Entre los saxofonistas Post-Bop que tratan de llevar más allá la raíz coltraneana y adaptarla a la filosofía y arrogancia de las nuevas juventudes del Jazz, partiendo de BRANFORD MARSALIS y continuando con el propio hijo de Coltrane, RAVI, el pulso mano a mano en lo que a trascendencia mediática se refiere, se puede encontrar en dos instrumentistas tan antagónicos como exuberantes, JOSHUA REDMAN y JAMES CARTER. Mientras el segundo goza de una técnica asombrosa, en muchas ocasiones desperdiciada a favor de un exhibicionismo algo desmedido, el primero, hijo del grandísimo DEWEY REDMAN, suple sus carencias técnicas, con un efectismo melódico mayor, a base de composiciones propias algo estáticas pero muy adaptadas a su sonido, pero con un problema: la autocomplacencia. Es difícil ver a REDMAN explayarse más allá de las limitaciones de su propio lenguaje, y al tratar de hacerse demasiado erudito, cae en el tedio y la constancia, dos enemigos para el público no fanático de sus propuestas. 

Sin embargo, lo dicho no impide alabar ciertos trabajos de JOSHUA que van más allá, precisamente cuando se deja a un lado su piel de Post-Bopper y se adentra en otros terrenos, ya sean colaborativos o como en este caso, cambiando de tercio y mirando hacia otros sonidos. Así, en 2002, fruto de una colaboración ya anunciada con el teclista SAM YAHEL, salió “Elastic”, donde un JOSHUA REDMAN irreconocible traía a la mente la época setentera en la que la sombra de MILES trajo consigo cosas como HEADHUNTERS, combo al que más debe en cuanto a sonido este proyecto de REDMAN. El Funk, el Soul, el Jazz, el Rock (muy lateralmente debido a un mayor gusto por la síncopa y la adicción rítmica)… se dieron así la mano en el universo del joven saxofonista, que se dejó a un lado su piel catedrática, y avanzó hacia la excitación de la sencillez, a base de pedales wah-wah, sintetizadores, ecos doblados de sus solos y demás elementos técnicos que unidos al ritmo sucio y adictivo de BRIAN BLADE en los parches y las ideas de YAHEL, daban como resultado un proyecto pegadizo y, por fin en la historia de REDMAN, inmediato para todos.

La continuación de “Elastic” se hizo esperar, pero no mucho, pues “Momentum” nació tres años después, esta vez sin el halo de ingenuidad y con mayores ambiciones en lo que a producción se refiere, mediante colaboraciones ajenas como KURT ROSENWINKEL, JEFF BALLARD (que comparte el set de batería con BRIAN BLADE en la mitad del disco), FLEA (bajista de los RED HOT CHILLI PEPPERS), ME’SHELL NDEGÉOCELLO o NICHOLAS PAYTON (otro joven león que también empezaba a cambiar la tradición por la electrificación). El resultado, aunque más preparado y elaborado, y algo falto de riesgo en ciertos momentos en donde la fogosidad está demasiado controlada, sin embargo es más compacto y directo que su predecesor, incluyendo una sabia elección de versiones (entre las que destaca una Funkadelizada “The Crunge” de LED ZEPELLIN junto al ya mencionado FLEA o la hímnica “Riverwide” de SHERYL CROW, dando la mano a la concesión Jazzy del programa a un descomunal “Lonely Woman” de ORNETTE COLEMAN, compartiendo el cartel junto al vibrafonista STEFON HARRIS, y que parece una rendición al “In A Silent Way” de MILES pasada por el tamiz de uno de los iconos de los inicios del Free). 

En lo que a composiciones propias se refiere, además de alguna que otra improvisación “meditada” en el estudio, destacan por descontado “Sweet Nasty”, efervescente y fresca en su simpleza rítmica, el medio tiempo de “Greasy G”, muy propio de los HEADHUNTERS con la colaboración de la citada ME’SHELL en su labor como bajista y de ERIC KRASNO en la guitarra, y sobre todo “Put In Your Pocket”, donde aparecen NICHOLAS PAYTON, PETER BERNSTEIN y QUESTLOVE (batería de los ROOTS), que parece un homenaje al “On The Corner” de MILES. El resultado global, pese a todos estos giros y cambios de formación, lejos de inconexo, es compacto y divertido en casi todos los momentos. No digo que estemos ante una obra esencial, ni tampoco ante el clímax en la carrera de REDMAN, pero nuevamente el joven saxofonista demuestra que cuando quiere puede sonar “diferente” y no mirándose tanto el ombligo. Sin triples saltos mortales, ni grandes fuegos de artificio, “Momentum” anima a cualquiera que sea amante de la síncopa y de la adicción rítmica.

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