viernes, 27 de julio de 2012

KENNY GARRETT - "Seeds From The Underground": A medio camino


Uno de los alumnos aventajados de MILES DAVIS fue (y es) KENNY GARRETT. El saxofonista alto desarrolló un lenguaje claramente influido por JOHN COLTRANE, como tantos y tantos otros, aunque en este caso no imprimiéndolo en el tenor, aunque sí ocasionalmente en el soprano. Otro instrumentista más en apuntarse al carro revisionista del Post-Bop, se podría decir, sin embargo, GARRETT ha sufrido un problema a lo largo de su ya extensa trayectoria: la irregularidad. Esta característica está presente en sus directos, donde el señor GARRETT se empeña en tocar un cuarto de hora y el resto lo dedica a aburrir al personal a base de demagogia musical y una Fusión mal entendida. Pero también está presente, y es exasperante a veces, en sus discos de estudio: obras prometedoras como “Triology” o su enorme y totalmente necesario tributo a COLTRANE, “Pursuance: The Music Of John Coltrane”, se mezclan con bodrios o discos que no pasan del aprobado como “Simply Said” o “Happy People”.

Con “Beyond The Wall” y “Standard Of Language”, especialmente el primero de los citados, KENNY GARRETT volvía a aparecer como instrumentista técnicamente impecable, compositor muy solvente y conocedor de sus acompañantes, recuperando para la ocasión incluso a PHAROAH SANDERS. Suponía el cambio de una multinacional a un sello “independiente” como Mack Avenue, donde se inauguraba con un disco en directo tan irregular como su propia personalidad, pero al menos uno tenía la esperanza de que GARRETT por fin encontrara un lenguaje en el que investigar. Sobre las tablas, como ya pude comprobar a finales de 2010, sigue tan abominable como siempre, pero en disco parecía que el interés sobre él volvía. Por eso “Seeds From The Underground” levantó expectación por mi parte. Pues bien, el resultado es algo agridulce. El lenguaje sigue siendo el mismo que en “Beyond The Wall”, menos fogoso y arriesgado en el desarrollo instrumental, pero la inspiración compositiva y la variedad del resultado no es la misma, además de ser un disco que acaba por hacerse largo, señal inequívoca de que algo falla.

Acompañado de NAT REEVES al bajo (correcto sin más) y BENITO GONZÁLEZ en el piano (mostrando cierta luminosidad en el apartado solista cuando GARRETT le deja, con un estilo percusivo y con protagonismo de la mano izquierda), compañeros habituales de viaje, el batería RONALD BRUNER y el percusionista RUDY BIRD, KENNY ofrece diez nuevas composiciones para su particular cuadernillo. La más larga de todas, rondando los diez minutos, “Boogety, Boogety” es elegida como apertura, y junto con su continuación, “J.Mac” (en homenaje a uno de los ídolos de GARRETT, JACKIE McLEAN), estarían entre lo más destacado, pero a partir de aquí empiezan los problemas.  Con excepción de la lenta y cálida “Detroit”, en honor a la ciudad de KENNY, precedida del sonido de una aguja sobre un vinilo y compartiendo protagonismo con la voz sin palabras de NEDELKA PRESCOD, el resto del trabajo no pasa de la corrección, especialmente cuando los experimentos vocales entran en acción como en “Welcome Earth Song”, con un larguísimo solo para GARRETT que se hace eterno (al más puro estilo “Crescent” de COLTRANE, pero cayendo en el tedio). Ni siquiera cuando GARRETT usa el soprano, como en el tema título o en “Ballad Jarrett”, parece que la inspiración vuelve.

Tampoco quiero que se malinterpreten mis palabras. “Seeds From The Underground” es un disco notable y vale cien veces más que cualquier concierto de KENNY GARRETT, simplemente el listón estaba alto y este trabajo y las nuevas direcciones que pretende afrontar el saxofonista, no terminan de fructificar. Falta maduración y que GARRETT piense un poco más en el conjunto antes que en sí mismo. Quizás la falta de co-protagonismo con otros saxofonistas, o con otros solistas solventes, haga que el tedio aparezca demasiado pronto. En cualquier caso, si GARRETT da una de cal y otra de arena, “Seeds From The Underground” no es ni lo uno ni lo otro. Más bien se queda a medio camino, convirtiéndose en un disco de escucha agradable pero que con el tiempo resultará prescindible. 

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