Entre los músicos jóvenes
aunque sobradamente preparados, nacidos tras la estela de Marsalis, Blanchard,
Roberts, Payton y demás, uno de los más interesantes al echar a volar con
criterio propio es el trompetista SEAN JONES. Miembro de la LINCOLN CENTER JAZZ
ORCHESTRA y con un bagaje académico a sus espaldas que no deja lugar a dudas
sobre su calidad técnica, el trompetista de Ohio ha ido prácticamente a disco
por año desde que debutara en 2004 en el sello Mack Avenue, tan dado a mantener
el legado del Post Bop vivo entre la juventud americana, incluyendo en una
impecable trayectoria la que se puede considerar su mejor obra, “Gemini”, donde
la influencia clara de MILES DAVIS se expande hacia todos los terrenos, no sólo
aquellos herederos de finales de los cincuenta y primera mitad de los sesenta,
sino también hacia el Groove y la electrificación setentera. Técnicamente Sean
también empezó a mezclar el sonido de Miles, con la frialdad y la etiqueta de
músicos blancos como TOM HARRELL, pero siempre con el apego por la tradición bien
cercano en sus influencias.
Con “No Need For Words”, no
se sabe si haciendo referencia a su disco “Kaleidoscope”, donde se acompañaba
de varios vocalistas, SEAN JONES recupera su voz más Post Bop, sólo infectada
por cierto Groove en “Loves Fury” y de una epicidad extasiante y melódica a más
no poder en el corte final del trabajo, “Forgiveness (Release)”, todo un himno
entre la tradición y la modernidad, acompañado del órgano espiritual de COREY
HENRY y de un aura optimista que pone el broche final a un trabajo sin fisuras.
Antes de estos dos cortes que ponen la nota de variedad, las seis composiciones
restantes siguen unas formas más predecibles, pero no menos interesantes
gracias a unos tremendos acompañantes, especialmente la sección rítmica con el
enorme ORRIN EVANS detrás de las 88 teclas. Sin asumir riesgos armónicos y
estructurales como AMBROSE AKINMUSIRE, ni perderse en el ombliguismo facilón de
CHRISTIAN SCOTT, SEAN JONES factura una hora de música convincente en la
composición y excelente en la improvisación, que contagia frescura y
entusiasmo, sin perderse en tortuosos caminos.
Todo esto queda bien claro
desde el primer corte, “Look And See”, donde SEAN JONES deja claras sus dos
influencias fundamentales antes citadas, y los excelentes solos del grandísimo
ORRIN EVANS y del saxofonista BRIAN HOGAN, redondean un inicio auténticamente
Post Bop y sin espacio para grandes novedades, pero mucho virtuosismo musical. “Olive
Juice” introduce ritmos y ambientes latinos con el acompañamiento de la
percusión de KAHLIL KWAME BELL, mientras que el momento balada de “Momma” se
mueve hacia el Gospel y el Blues, gracias en parte a la labor de Evans. El
entusiasmo inicial y el poderío Bop vuelven con “Touch And Go”, donde OBED
CALVAIRE da una lección polirítmica tras los parches, y para cerrar esta
primera parte del trabajo, el aura Miles se vuelve cristalina en el tema título
del disco, balada ensordinada para lucimiento de Jones, y en su continuación “Obsession
(Cloud Nine)”, quizás la que más se acerca a los esquemas del ya citado
CHRISTIAN SCOTT por tratar de unir simpleza estructural y rítmica con
virtuosismo improvisatorio.
Con un ritmo de
lanzamientos tan elevado, uno se pregunta si SEAN JONES tendrá baterías
suficientes como para mantener el nivel. Hasta ahora no sólo lo ha conseguido,
sino que cada nuevo lanzamiento era un paso adelante. “No Need For Words” es la
prueba de ello: uno de los discos de 2011 y un nuevo hito personal en la
carrera de este elegante e impecable músico de la generación más preparada
procedente de EE.UU, que sabe demostrar su valía y también encandilar, algo
difícil sin caer en el tedio o la síntesis excesiva. ¿Qué nos deparará su
trayectoria en el futuro?
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