Necesita DEICIDE presentación? Una de las bandas más influyentes, controvertidas, admirables (para lo bueno y para lo malo)... del Death Metal, con el “bocazas” de Glen Benton como cabeza visible, saca nuevo disco y ya están todos sus fans y sus detractores esperando con las escopetas cargadas para no dejar títere con cabeza. Bien es cierto que a pesar de su enorme influencia la constante en la carrera de DEICIDE ha sido la irregularidad, el egocentrismo y la soberbia, pero uno no puede dejar de quitarse el sombrero ante una banda que ha sido tan importante, musical y extramusicalmente hablando.
A todo lo dicho hay que añadir que DEICIDE dejó el listón muy alto. “Scars Of The Crucifix” devolvía a la banda de Benton y compañía a la senda de la inspiración, si bien la escasísima duración del disco dejaba con ganas de más y las constantes cancelaciones de conciertos de presentación y demás elementos consustanciales a la existencia de DEICIDE, hicieron que muchos de sus fans empezaran a plantearse si el grupo no era más que un timo que vivía de las rentas de aquellos gloriosos primeros discos, tan básicos e imprescindibles en los cimientos del Metal Extremo. Parecía que gran parte del problema residía en la peculiar personalidad de los hermanos Hoffman, y Asheim, auténtico cerebro en la sombra del grupo desde sus inicios se apresuró a decir que DEICIDE por fin había encontrado la senda de la seriedad que tanto tiempo atrás había perdido, convirtiendo al grupo en un ir y venir de hechos lamentables de cara a sus seguidores. Nuevos miembros entraban en un grupo cuya formación había permanecido inalterable desde su nacimiento y sin embargo, la polémica seguía rondando en todos y cada uno de los conciertos del grupo, convirtiéndose en auténticas loterías para sus asistentes: ¿tocarían? ¿estarían sobre las tablas más de media hora?...
Con una oveja negra que volvía al redil del Death Metal como era Jack Owen y el enorme Santolla, DEICIDE escupía fuerte con “The Stench Of Redemption”. Por fin después de muchos años, el grupo volvía a recuperar su inspiración, facturaba un disco impecable, coloreado por los matices de Santolla, por sus solos y sus cabalgadas que abrían a DEICIDE nuevos terrenos, nuevos horizontes. Sus fans encumbraron el disco, sus detractores no tuvieron más remedio que reconocer que habían lanzado un poco de luz entre las tinieblas y la propia banda parecía retomar el vuelo. Por todo esto, “Till Death Do Us Part”, que repite formación, tenía, a priori, la durísima papeleta de cubrir las expectativas. ¿Lo ha conseguido? Resumiendo lo que diré a continuación, yo creo que es un disco diferente a “The Stench Of Redemption”, pero al mismo tiempo complementario. Nuevamente parece que Benton y compañía dan muestras de seguir estando inspirados y aunque no es un disco tan directo como su predecesor, “Till Death Do Us Part” consigue que se mantenga la llama entorno a la banda, aunque la controversia siga rodeando todos y cada uno de sus pasos.
¿Diferencias?, aunque Santolla sigue ahí, con sus virtuosismos y sus solos agradecidos, su papel está mucho más moderado. Los temas no son tan directos y se desarrollan en tesituras más oscuras, menos efervescentes y más calculadas. El sonido potencia el tenebrismo gracias a un elemento atmosférico y mórbido que sale a relucir en todo su esplendor en cada riff de guitarra. Pero que nadie se asuste, DEICIDE ha vuelto a facturar un disco de Death Metal satánico, desenfrenado, de lujuria luciferina, donde cada frase escupida por Benton (que vuelve a hacer un trabajo excepcional, más centrado en su guturalidad y dejando su doble voz para momentos puntuales) es una oda maligna, donde cada guitarra es un sonido sacado del infierno, donde cada tema se dirige con paso firme, decidido, en medio del caos, a las puertas del pecado y de la vorágine del fuego maldito. ¿Más variedad? seguramente, ese sea el punto diferenciador más llamativo, pues “The Stench Of Redemption” iba más al grano que “Till Death Do Us Part” pero, desde mi punto de vista, en este trabajo han ganado más matices y eso en sucesivas escuchas se agradece.
Un disco redondo, un disco de estructura circular, más bien en espiral diría yo, que va de menos a más, comenzando y acabando con sendos temas instrumentales y desarrollando estructuras que van de lo más cadencioso a los ataques directos a nuestros cerebros. La oscuridad, maldad, inquietud... generada por “The Beginning Of The End”, solo acaba con la locura desenfrenada de “The End Of the Beginning”, entre medias un puñado de cánticos malévolos conducirán nuestro sino: “Till Death Do Us Part” nos propone matrimonio en forma de susurros mortuorios, con un tiempo muy contenido y pegadizo que hará que nuestras cervicales se muevan sin querer. “Hate Of All Hatreds” e “In The Eyes Of God”, descomunales en toda su extensión, son puro DEICIDE, con un Benton desbocado (aunque se echa de menos algún alarido más en medio de su predominante guturalidad), derrochando oscuridad y vieja escuela por todos sus poros. Ambos temas son ejemplos de guitarras afiladas, heladas, cargadas de odio y a la vez mórbidas, pesadas y desquiciantes. Sin duda dos de los mejores temas de todo el disco.
Para que el estancamiento no sea una opción “Worthless Misery” experimenta con unas guitarras indescriptibles. En medio de un ritmo entre el Death y el Thrash que sirve de hilo conductor del tema, las guitarras se erigen más atmosféricas, dejando en el aire acordes que parecen inacabados, y a la vez más pegajosas que nunca en los momentos más groovies. Otro tema para el recuerdo. En “Severed Ties” el disco se viene arriba de nuevo. Un tema brutal, rápido pero también pegadizo, contundente pero también cargado de frialdad... y la capacidad de Santolla de dejar brochazos de su capacidad en medio del aparente conformismo de formas. Por su parte “Not As Long As We Both Shall Live” se podría considerar el tema más variado del plástico y donde seguramente la parte oscura de DEICIDE sale a relucir, haciendo que las guitarras, tanto en su faceta rítmica, como en su faceta solista, sean susurros en nuestras cervicales. “Angel Of Agony” nos devuelve a la tipicidad no exenta de brillantez, con un tema directo y sin contemplaciones y, finalmente, antes del final instrumental, “Horror In The Halls Of Stone” reduce revoluciones en su introducción de una manera fantasmagórica. La agonía de la voz de Benton, en combinación con unos riffs de guitarras pétreos, simples y estáticos, donde Asheim aprovecha para erigirse como conductor de la música, nos conducen hasta el momento en que todo termina por explotar sin remedio, dejándonos cautivos de nuestros horrores y demonios.
Brillante. Partiendo de la base de que “Till Death Do Us Part” exige alguna escucha más que su predecesor para poder ser apreciado en todo su esplendor, y que el aire de oscuridad que rodea el disco es mucho mayor, DEICIDE demuestra que sigue vivo a pesar de los pesares, y ha vuelto a facturar un gran trabajo que no se estanca, que sigue adelante y avanza con paso firme en su particular cruzada contra todo lo conocido. Uno de los lanzamientos más esperados del 2008 que desde mi punto de vista, cubre con las expectativas creadas.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario