Que grabes tu debut con casi cuarenta años cuando tu carrera musical empezó a los veinte puede llevar a confusión, máxime si tu sonido es reconocible y demuestras polivalencia y eclecticismo. Sin embargo, MICHAEL BRECKER fue igual de influyente que si hubiese dedicado toda su vida sólo a grabar bajo su nombre. Si además, tus discos propios rozan el sobresaliente cada vez que eran editados, poco más puedes pedir. Atrás quedan sus devaneos con el Rock (el gran ZAPPA sin ir más lejos), el R & B (junto a su hermano RANDY), el Jazz-Rock (BILLY COBHAM, STEPS AHEAD…), sus colaboraciones para multitud de artistas Pop (PAUL SIMON, JAMES TAYLOR…) o incluso trabajos cuasi-clásicos como ese “Cityscape” bajo la batuta de CLAUS OGERMAN. En todos y cada uno de estos proyectos el sonido amplio y caudaloso del saxo post-coltraneano de BRECKER estaba presente, sirviendo de puente a toda la generación posterior de saxofonistas que beberían de la fogosidad COLTRANE a través de su eclecticismo y sus formas más focalizadas.
Así, poco debería sorprender que este debut homónimo, editado en 1987 más pareciera la cumbre de una extensa carrera que un primer disco. Acompañado por una banda “all-star”, con PAT METHENY, CHARLIE HADEN, JACK DeJOHNETTE y el infravalorado KENNY KIRKLAND, y eligiendo un repertorio de originales, standards (un magnífico “My One And Only Love” que cierra de manera magistral el programa para lucimiento de Brecker y Metheny) y temas debidos a la pluma de amigos como MIKE STERN o el productor del disco, DON GROLNICK, “Michael Brecker” es una piedra angular desde el mismo tiempo en que los sintetizadores de Kirkland abren paso al tono elevado e hímnico de “Sea Glass” o la efusividad improvisatoria deja sin aliento en “Syzygy”, iniciándose en formato dúo batería / saxo, al más puro estilo Coltrane / Ali y que tanto seguirían posteriormente gente como JOE LOVANO, GARY THOMAS, GEORGE GARZONE, RAVI COLTRANE o COURTNEY PINE.
BRECKER ya venía de experimentar con diversos sonidos y aparatos, y tampoco deja pasar esa oportunidad en este debut, de la mano de un EWI protagonista en “Original Rays”, pero lo que aquí vas a encontrar es, de forma predominante, un Post-Bop de libro, ejecutado con fuerza y maestría, tanto en el up-tempo, como también en los medios (“Choices” a la cabeza) o en las baladas (como la cálida y melancólica “The Cost Of Living”, compartiendo protagonismo con un CHARLIE HADEN que saca el mejor quejío de la madera de su contrabajo). Todo ello envuelto en un sonido voluminoso, que hace a Brecker aún más protagonista y con un sentido del ritmo que impide que aparezca ningún momento de bajón. El éxito artístico (y en parte también comercial) fue tan grande, que aunque este debut tardara casi cuarenta años en ver la luz, tuvo cercana continuidad con un digno sucesor, “Don’t Try This At Home” y un poco después con “Now You See It...Now You Don't”, momento en el que Michael volvió a tomarse un descanso en su faceta en solitario.
La noticia que abrió el 2005, con MICHAEL BRECKER aquejado de un cáncer sin posible cura a pesar de los intentos de donación de médula por parte de su hija y que generó su muerte en 2007, supuso una pérdida importante. Atrás quedaba su amplio y variado bagaje, sus muchas aportaciones al mundo de la música en general y su alargada influencia. Por delante dejó incluso un disco póstumo que está entre lo mejor de su carrera, “Pilgrimage”, el único formado en exclusiva por composiciones propias y que es un auténtico grito de fuerza final, pese a los efectos que la enfermedad tenían en su cuerpo y alma. Y por supuesto quedaba este “Michael Brecker”, uno de los mejores debuts de la historia y su culminación como artista. Uno de los grandes.
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