Elegir un disco de la trayectoria de BOB MARLEY para que sea representativo de su música (y por extensión del Reggae), es imposible. Tarde o temprano, acabaré por comentar todos sus discos, pero para empezar la tarea, qué mejor que un directo que recopila el mejor sonido y algunos de sus hits en algo más de una hora. Ese directo es, cómo no, “Babylon By Bus”, grabado en Europa en la gira de presentación de “Kaya”, en 1978, en uno de los momentos más dulces de Marley (y en este caso THE WAILERS), siendo uno de esos directos que si eres amante de la buena música, sea del género que sea, no debería faltar en tu estantería. Con él te aseguras movimientos espasmódicos, psicodelia, parafernalia y todos los ingredientes para hacer un viaje imaginario al mundo Rastafari y a la crítica social conducida a través de lo que se podría considerar el Punk caribeño.
Comenzando el programa con dos buenos cortes, como “Positive Vibration” o “Punky Reggae Party”, para lucimiento de Marley y sus acompañantes (en especial ese sonido pulsómetro del bajo que tan característico es de esta música y que tan bien conseguía Aston "Familyman" Barrett), el concierto tiene sus momentos de culminación con clásicos como “Exodus”, “Stir It Up”, “Lively Up Yourself”, “War / No More Trouble”, “Is This Love” y cómo no, el final apoteósico con “Jamming”. Salvo excepciones, THE WAILERS se dejan llevar por la incontinencia musical en todos los temas, de manera que los siete minutos de muchos cortes se encogen y se hacen cortos, mientras Marley nos llama la atención con sus fraseos y sus momentos de conductor de masas, con un público entregado a todas y cada una de sus interpretaciones y trasladando el aire benevolente y al mismo tiempo comprometido del Reggae al Viejo Continenente.
En el apartado instrumental, además del citado Barrett, y cómo no, del propio Marley, que para eso es el protagonista, destaca Tyrone Downie detrás de los teclados, cargados de atmósferas psicotrópicas (no hay más que escuchar el trasfondo de “Kinky Reggae”, otro de los momentos estelares del programa), y sobre todo Al Anderson, con sus punteos y solos psicodélicos que recuerdan a otro de los grupos reivindicativos por excelencia de la época, FUNKADELIC. Ambos, en conjunción con los coros tan característicos de THE WAILERS y esa rítmica sincopada y adictiva, dan argumentos de sobra como para que este disco sea disfrutado por amantes al Reggae, como para neófitos que se acerquen a este estilo de pasada y quieran comenzar con EL único e inimitable. Aquí encontrarán todo lo necesario para definir un género que dio muchas alegrías al mundo de la música y que marcó una época (con sombras alargadas que aún se escuchan en nuestros días).
Para que un directo sea un clásico tiene que: ser representativo de la carrera de un artista, sonar honesto y pegajoso al mismo tiempo, captar el alma de la audiencia al reconocer cada uno de los cortes (no hay más que escuchar el entusiasmo en la parte final del directo, a partir de “Lively Up Yourself”, con todo el público coreando como si se les fuera la vida en ello), y que sea una fotografía del mejor momento en cuanto a inspiración y energía del grupo o artista en cuestión. Todos esos ingredientes están en “Babylon By Bus”. Si quieres tener un buen ejemplo de lo que era el Reggae en general y la música de BOB MARLEY en particular, no dejes escapar este disco. Esencial.
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