lunes, 10 de febrero de 2020

ASCENSION OF THE WATCHERS - "Numinosum": una cara diferente de Burton C. Bell de FEAR FACTORY.


Hasta que “Numinosum” cayó en mis manos, y perdonad mi ignorancia, desconocía totalmente la faceta “ambiental” de Burton C. Bell, cantante de FEAR FACTORY. Sabía por entrevistas que al frontman la factoría del miedo le gustaba la música New Age y hasta el Gótico ochentero, además del hecho de que en la banda por la que siempre será conocido, en más de una canción, ha demostrado que su cariz más melódico y atmosférico era una de sus virtudes. Pero en ningún caso sospeché que en aquel año en que FEAR FACTORY murió brevemente, Burton aprovechó para montar este proyecto en solitario, de nombre realmente llamativo, ASCENSION OF THE WATCHERS para dar rienda suelta a sus otros gustos.

En cualquier caso, lo que tengo en mis manos, “Numinosum”, es el segundo disco del proyecto formado por Burton C. Bell y John Bechdel, que también ha participado en discos de FEAR FACTORY para recrear las atmósferas que muchas veces rodean los temas del grupo. Un disco que se puede calificar de etéreo, relajante, profundamente intimista y muy personal, aunque desde mi punto de vista no venga a aportar nada excesivamente brillante dentro de los géneros musicales más relajados y reflexivos. Con una base recreadora de atmósferas y paisajes, a través de múltiples teclados y efectos programados, musicalmente ASCENSION OF THE WATCHERS tiene sus raíces en nombres como THE CURE, FIELDS OF THE NEPHILIM o incluso NICK CAVE. Es decir, nombres propios en lo que a sentimiento y profundidad se refiere, con un protagonismo secundario de las individualidades y dejando que todo el peso de las composiciones residan en la voz y la intensidad del trasfondo musical. El problema es que Burton C. Bell tiene una voz melódica muy bella y agradable, pero desde mi gusto personal, sin la teatralidad y los matices suficientes como para conseguir enganchar al oyente, algo que en los grupos citados sí ocurre.


El sonido es cálido, cercano, envolvente y reproduce a la perfección cada detalle, cada atmósfera, en este sentido no se puede poner ninguna tachadura al disco. Musicalmente, el trabajo de composición, aunque sin grandes sorpresas, tiene la suficiente variedad como para conducirnos al viaje propuesto sin grandes esfuerzos, dejándonos llevar por cada sonido, cada pasaje y cada tonalidad. Pero, aunque indudablemente el efecto relajante es patente, hay algo que le falta a “Numinosum”, además de lo ya citado de las limitaciones vocales de Burton. No llega a ensimismar y a atrapar al que lo escucha, y en un disco de este tipo es un lastre importante. No obstante, que nadie me malinterprete, no estamos ante un mal disco, se deja escuchar, es agradable y tiene momentos de gran belleza, pero podrían haber intensificado la parte hipnótica y ambiental del grupo y no quedarse en lo accesible, logrando así un mayor efecto en los que quieran compartir el viaje musical que ASCENSION OF THE WATCHERS nos propone.

Curiosamente, los temas que mejor atmósfera recrean y que más consiguen atrapar, son el primero y el último. “Ascendant” se podría considerar más una introducción con samplers y efectos variados, en donde Burton C. Bell se limita a meter voces procesadas, pero consigue inquietar y meternos en materia, aunque luego el disco se mueva por otros derroteros. Por su parte, el largo tema de cierre, “Quintessence”, que se prolonga hasta el infinito con el sonido del crepitar de un imaginario vinilo, transmite como pocos gracias a la sutileza con la que avanza su larga estructura y la voz casi cacofónica que lo conduce. El núcleo duro del disco, y dejando a un lado la sosa versión del “Sounds Of Silence” de Simon And Garfunkel, se mueve por terrenos que van desde la ambientación macabra, al Gótico primigenio, donde los nombres que cité al principio de esta reseña más vienen a la cabeza. Temas como “Residual Presence” se mueven por terrenos estáticos y pretendidamente hipnóticos, donde las guitarras y las cajas de ritmos sirven de colchón para las inflexiones de Burton C. Bell. Las estructuras se dejan fluir sin grandes complejidades, dejando que cada detalle se alargue en su justa medida y sin prisas, sin pararse a mirar el tiempo. Así se explica que otro tema como “Canon For My Beloved” que recuerda a los THE CURE del “Bloodflowers”, con una base tan simple y sencilla, consiga atrapar como ningún otro corte del trabajo.

En resumidas cuentas, “Numinosum” no es un disco brillante, no alcanza el objetivo para el que supongo que fue concebido, pero la belleza de sus pasajes y la tranquilidad y el reposo con el que se deja transcurrir el trabajo, lo convierten en un disco notable y que no defraudará para los que quieran ver al frontman de FEAR FACTORY en otras tesituras. 

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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