Hace
tiempo que Relapse no es lo que era. Habiendo perdido a todos sus pesos pesados
y tratando de reencontrarse con el éxito y la seña de identidad que hasta no
hace mucho hacía de este sello garantía de calidad y riesgo, el sello americano
apuesta por bandas aparentemente intensas, novedosas y de difícil audición,
pero en el fondo “más de lo mismo”. Ya no tienen ningún referente claro y sólo
BRUTAL TRUTH y alguna que otra luminaria clásica les sigue convirtiendo en
centro de las miradas. Ahora le toca el turno a TOMBS, un grupo enmarcado en la
estela de SWANS, MELVINS y demás, que trata de ser extremo y antitético como
los grandes UNEARTHLY TRANCE pero se queda en algo un poco descafeinado, crudo
y correoso, pero a medio gas.
El
trío navega entre el Sludge más pastoso y extremo a lo HIGH ON FIRE, EYEHATEGOD
y demás y el Noise más inaudible, alguna atmósfera a lo NEUROSIS, mezclado con
dosis de contraste y extremismo a lo TODAY IS THE DAY, y algún que otro
elemento europeizado que parece sacado del Black noruego o francés más avanzado
(Post Black), pero todo se queda en agua de borrajas. Ni consiguen la
intensidad y el primitivismo de Pike y compañía, ni por supuesto el contraste
hiriente de Austin. Más bien, TOMBS es una especie de banda resumen de todos
estos sonidos que para los que gustamos de estos sonidos de alto grado
alcohólico, podremos sacar algo en claro y disfrutar, pero que está a años luz
de sus pretensiones. Sólo en los momentos más crudos y típicos consiguen algo
de brillantez, quedándose en lo etéreo y la impenetrabilidad en el resto. Hay
que ser muy grandes para saber llevar el ritmo de un disco como “Winter Hours”
y en mi humilde opinión, TOMBS lo consigue a medias.
El
sonido es bastante adecuado, esto es algo que se debe resaltar, pues consigue
aunar crudeza y atmósfera al mismo tiempo, algo básico dada la propuesta del
grupo, pues hay muchas guitarras que se pierden en texturas y pasajes
lisérgicos que sin una buena producción habrían naufragado. La perfección
habría llegado con un volumen para las voces un poco menos “de conjunto”, pues
eso hace perder variedad al trabajo, pero también es cierto que el tono de voz
de Hill, flagelante y quejumbroso, podría llegar a cansar si tuviese más
protagonismo. Y precisamente, ahora que he mencionado las guitarras, este
elemento es el más llamativo de TOMBS, su capacidad de unificar el extremismo
con la atmósfera Post-Rockera a lo PELICAN, si bien sin lograr el buen hilo
conductor de los citados. Así, aunque cosas como “Gossamer” o “Beneath The
Toxic Jungle” sean intensas y directas, también dejan espacio para guitarras
que se salen de los dos o tres riffs salvajes y comienzan a dibujar círculos
hipnóticos. Sin embargo, les falta compensar un poco la crudeza y la atmósfera,
para que no parezca el invento un poco forzado, y en este sentido el contraste
entre “The Great Silence” y “Story Of A Room” me parece un buen ejemplo. En
otras ocasiones se pasan de revoluciones y ofrecen extremismo excesivo,
tratando de reflejar obsesión y ambientación “noise”, pero acaban por sonar a
un muro de decibelios poco condescendiente (es el caso de “Golden Eyes”, que no
acabo de asimilar).
Curiosamente,
pasando el ecuador del trabajo hay dos composiciones que me hacen recuperar la
esperanza en TOMBS y que justifican la nota que he puesto a “Winter Hours”. Es
el caso de “The Divide”, que a priori no difiere mucho de lo escuchado hasta
ese momento pero cuyas guitarras han acabado por resultarme obsesivas, además
de que la línea de bajo de Daniel James me parece excepcional. Y en el otro
lado, en el aspecto de la crudeza y la agresividad absoluta, “Seven Stars The
Angel Of Death” me parece gloriosa, digna pieza para el directo. Lo demás,
teniendo en cuenta lo ya citado y lo que me he dejado a un lado de manera
consciente, es más de lo mismo, ni aumenta la rabia, ni la intensidad, pero
tampoco desentona, aunque es cierto que el sopor al afrontar ciertos cortes se
hace evidente (en mi caso particular me cuesta horrores adentrarme en
“Merrimack”, puro ejercicio de distorsión que no hace más que rellenar minutos
en mi opinión pues no aporta mucho al conjunto más que un descalabro para la
ecualización de nuestros reproductores).
Si te gusta el sonido Sludge americano recubierto de atmósfera
Post-Rockera, TOMBS te interesarán. Yo creo que aún tienen camino de mejora y
maduración, pero no voy a negar que “Winter Hours” es un trabajo contundente y
mastodóntico que muchos disfrutarán, aunque en mi caso particular me haya
atraído sólo moderadamente. Decibelios, hipnosis y más y más vueltas sobre uno
mismo, eso es TOMBS.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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