YOB
fue una formación que no tuvo suerte en su andadura. Continuos cambios de
formación y una repercusión leve en el público hicieron que la pesada banda de
Doom americano tuviera que cerrar indefinidamente por vacaciones. Pero su
líder, Mike Scheidt no quería tirar la toalla, renombró la banda, varió un poco
sus parámetros estilísticos y tan sólo un año después el debut de MIDDIAN está
en nuestras manos.
MIDDIAN
parte desde donde YOB lo dejó. El Doom pesado y crepitante sigue como base,
pero ahora se centran en estructuras mucho más dinámicas, mezclando otras
sonoridades, muchos efectos psicodélicos que ya se veían en el último disco de
YOB y una mayor variedad de voces. Ahora se puede clasificar a la banda dentro
de corrientes más americanas cercanas al Sludge, aunque todavía con un apego
muy grande por el Doom primigenio (SAINT VITUS, CANDLEMASS, PENTAGRAM...).
Quizás lo que más llama la atención son los registros vocales que ha adquirido
Mike, ahora predominan las voces más limpias y con unas inflexiones muy
setenteras, al más puro estilo Ozzy. De hecho, en un reciente comunicado en la
página web del grupo, el vocalista de MIDDIAN ha desechado usar voces guturales
en el futuro, lo cual es una pena, porque ambos registros se complementan a la
perfección.
Nombres
como PORN, HIGH ON FIRE, SLEEP, CROWBAR... vendrán una y otra vez a la mente,
pero desde un punto de vista aún más pesado y mastodóntico si cabe. Las
estructuras son muy variadas, cambian de los tiempos más lentos a las
velocidades más estimulantes, con un trabajo de guitarras muy bueno, no sólo
centrándose en estáticos riffs, sino también dando rienda suelta a sus
influencias más rockeras. Esto dota a los temas de un mayor dinamismo, dentro
del estatismo general de la propuesta si se me permite la antítesis. Los cinco
temas contenidos en este trabajo no se hacen para nada pesados, pues combinan
muchos elementos de una manera notable lo que evita que surja el aburrimiento
en el que se pare a escucharlos. Las estructuras suelen desarrollarse de manera
progresiva, teniendo un cierto efecto hipnótico en el oyente que se siente
atrapado en la música del grupo, a poco que esté un poco atento. Es una música
exigente, no cabe duda, no apta para todos los estómagos, pero en general
MIDDIAN es mucho más accesible que su proyecto padre.
El
sonido, sin ser lo mejor del trabajo, ayuda a potenciar la sensación hipnótica
de los temas y dar una mayor contundencia y sensación pétrea a las guitarras.
Las voces guturales y agresivas pierden un poco en la mezcla final, pero en
general la producción es bastante adecuada para el estilo. De hecho consigue
que la sensación abrasiva de los riffs sea mayor, distorsionando su sonido
mucho más y aumentando su extremismo. Y es que el trabajo compositivo de
MIDDIAN se centra fundamentalmente en las guitarras, las cuales recorren todo
tipo de pasajes mientras la bien engrasada sección rítmica de Lindsay y
Headrick pone el contrapunto manteniendo el pulso de los temas. Es curioso
comprobar en la biografía del grupo que el bajista y el batería de MIDDIAN es
la primera vez que se acercan a este estilo de música, quizás sea por eso por
lo que suena todo tan directo.
El
brutal “Dreamless Eye” sirve de punto de apertura de este extenso trabajo. Casi
diez minutos de furia absoluta tanto con la voz desgarrada de Mike como en su
registro más psicodélico. Las guitarras recuerdan mucho a HIGH ON FIRE, pero
desde un punto de vista más estático. “The Blood Of Icons” se convierte en un
tema mucho más progresivo, una composición en la que cuesta entrar, pero que
una vez que arranca tendrás la sensación de que se hace corta. La combinación
de dos voces alcanza casi la perfección en este corte, y los efectos setenteros
de las guitarras son desplegados sin ningún tipo de pudor, convirtiéndose en
uno de los temas más ácidos de todo el plástico. Y así se llega a uno de los cortes de más apego al Doom clásico,
“Age Eternal”, donde Mike hace un mayor uso de su registro de voz limpio. Pero
lo que más hace destacar a este tema es la capacidad que tienen las guitarras
de atrapar al que está al otro lado del reproductor, los riffs se repiten una y
otra vez, pero entrelazados con melodías y punteos que van girando en círculos
una y otra vez hasta que es imposible salir de la atmósfera del tema, y eso
siendo uno de los temas más largos, junto al último, del
trabajo.
En
la parte final del redondo, para salir del ensueño en que el tema título del
disco nos había metido, “The Celebrant” es mucho más extrema y variada, en una
onda muy similar a la del corte de apertura, pero sin dejar a un lado la vena
más Doom. Y Así se llega al mejor tema para mi gusto del disco, el más extremo
en todos los sentidos, “Sink To The Center”. Si has logrado llegar hasta aquí
en tu sano juicio, probablemente este corte te sacará de quicio, su inicio es
absolutamente mágico, con Mike abusando de uno y mil efectos en las voces,
distorsionándolas al máximo y haciendo uso de un registro que casi parece
nauseabundo. Las guitarras recorren todo tipo de disonancias y la sección
rítmica parece una máquina de derrumbe. Brutal en todos los sentidos.
Si te gustan los platos fuertes, y no te importa tener que poner de tu parte para terminar con ellos, con “Age Eternal” disfrutarás de un buen menú. Duro y pesado, ácido y psicodélico, dinámico y estimulante... un gran disco que abre la veda para esta banda, que si bien se puede considerar una continuación de YOB, va mucho más allá, experimentando en nuevas sonoridades. Recomendable para los amantes del Doom americano.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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