Con
tres años de retraso llega a Europa a través de Season of Mist el segundo trabajo de este grupo japonés,
GONIN-ISH, con letras en japonés, títulos en japonés, logos… vamos, tan
localista que no me extraña que haya tardado tanto en salir fuera de su país y
llegar a un público más amplio. Y si hace un tiempo dije que el disco de THE
SONTARAN EXPERIMENT era lo más extravagante y extremo que había escuchado,
ahora la pugna se levanta con GONIN-ISH, grupo del cual alguno podrá haber oído
hablar por el hecho de que el batería de SIGH está en esta formación, por
cierto siendo uno de los mejores, individualmente hablando, de este grupo tan
particular. Todo en “Naishikyo Sekai” es colorista (su portada, su música, sus
letras…) y técnicamente impecable, original y propio, aunque, como todo producto
de estas características se corren riesgos, y en este disco GONIN-ISH roza por
momentos el vacío, aunque acaba por salir victorioso en la mayoría de los
casos.
Empezaré
por lo que más me ha costado “soportar” y a la vez el puno mayor de originalidad
y personalidad del grupo, su vocalista femenina Anoji. Esta mujer es capaz de
cantar en tono operístico con ese tono pseudo infantil tan característico de
oriente que, llamadme vulgar, pero siempre me suena a dibujos animados
asiáticos. Pero también de meter unos berridos que ríete tú de Angela Gossow y
Sabina Classen. El problema es que por momentos me supera su tonalidad de voz
llegando a ser irritante, aunque al mismo tiempo se torna imprescindible para
no considerar a GONIN-ISH otro grupo Progresivo más. Porque en el fondo es eso,
aunque GONIN-ISH se venda con la etiqueta de Música Extrema Progresiva, lo
cierto es que salvo por los excesos vocales de Anoji, la base musical del grupo
es puro Metal Progresivo, muy técnico eso sí, con estructuras bastante
inauditas y mucha influencia del Jazz, pero siempre partiendo de sonido y
patrones que pioneros como FATES WARNING o los hiper afamados DREAM THEATER en
sus primeros años, han llevado desarrollando durante eones.
Lo
mejor, desde mi punto de vista, además de un sonido notable que no hace sufrir
la individualidad de cada instrumento, es la labor de los teclados. GONIN-ISH
parece más un grupo de un teclista y otros, que de un guitarrista, un teclista,
etc… El mayor protagonismo tanto de acompañamiento como de solos recae en Masashi
Momota, un genio de las teclas que llega a momentos de improvisación absoluta
de influencia jazzística y que relega a Fumio Takahashi a un segundo plano que
se limita a dar cuerpo al estilo de GONIN-ISH, aumentando la intensidad y la
contundencia y dialogando de vez en cuando en fraseos que se repiten una y otra
vez con Masashi, pero en cualquier caso, dejando todo el protagonismo al
teclado. Oyama Tetsuya tiene suficiente con tratar de dar coherencia rítmica al
asunto y el ya citado Junichi "JunJun" Harashima, pone el otro punto de admiración individual
ejecutando a la perfección su labor de acompañamiento creativo, cambiando el
ritmo de manera constante y lanzando al aire complejidades rítmicas realmente
sorprendentes.
La
estructura del disco es clara: tras una introducción que ya te pone sobre aviso
de lo “raro” que va a ser este grupo, tres composiciones conforman el grueso
“accesible” del disco: “Nare No Hate” (las transcripciones de los temas suenan
a chiste, pero hay que tener en cuenta que originalmente el disco se conforma
con títulos en alfabeto nipón, con lo que cualquiera se pone aquí a
trasladarlos…), donde el diálogo entre Masashi y Takahashi tiene un momento de
gran lucimiento para ambos, “Shagan No Tou”, con una estructura menos alocada y
más contenida debido a que es el tema más corto del trabajo y “Jinbaika”, una
canción muy bella y con mucho aroma nipón que me recuerda a unos KAIPA
orientales. Por su parte “Muge No Hito” es la que menos me convence de estas
primeras composiciones, aunque pretendiese ser un tema que va de menos a más y
muy orientado a la percusión y a la contundencia, pero que se acaba haciendo un
poco largo. Lo que más me llama la atención en este corte es la buena labor de Tetsuya,
con momentos que son puro Jaco Pastorius.
Y para acabar algo también bastante común entre los grupos Progresivos:
un tema de casi veinte minutos que sirve para explayarse a gusto a todos los
miembros de GONIN-ISH. En este caso la composición elegida para esta función es
“Akai Kioku”, cuyo inicio con Anoji desatada, en medio de un trasfondo más
común dentro del Metal Progresivo es de estos pasajes que o amas u odias,
bizarro a más no poder. En general el tema está muy bien construido y no hay
momentos de relleno, aunque su parte central, por momentos casi Doom puede
resultar un poco chocante al principio. De todas formas, si a estas alturas has
llegado a este punto del disco y has logrado disfrutar con los muchos detalles
y pasajes que ofrece GONIN-ISH, es que has logrado superar la barrera cultural y
acabarás la escucha completa del trabajo llevándote un buen sabor de boca.
Conmigo lo han conseguido, aunque preferiría que Anoji moderara un poco su
exceso de personalidad. Eso sí, no cabe duda de que GONIN-ISH es un grupo, por
lo menos para mí, único en su especie. Sólo por eso y porque el invento
funciona, mi más sincera enhorabuena.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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