Volvemos
a Canadá. País alabado en cuanto a calidad de sus bandas por mi parte en
infinitas ocasiones, y cada vez más en cantidad también, y de donde hace ya
casi tres años surgió BISON B.C. en medio del ascenso imparable de bandas como
HIGH ON FIRE o sobre todo MASTODON, que hacía que Relapse primero (discográfica
materna de ambos grupos) y otros sellos después empezasen a buscar como locos,
seguidores de una estela, que lleva existiendo eones, desde que EYEHATEGOD y
sus derivados empezaron a desquiciar al personal a golpe de corrosividad y
extremismo en todos los aspectos. Su primer trabajo, “Quiet Earth”, fue una
sorpresa por mi parte: un disco claro en sus planteamientos y referencias, pero
muy bien combinado para que no se echara de menos nada de este género tan
crossover y difícil de etiquetar. Con demasiado tiempo en mi opinión,
transcurrido desde entonces, BISON B.C. revalidan las cualidades demostradas en
“Dark Ages”, su segundo trabajo, nuevamente en el seno de Metal Blade.
Lo
mejor de este segundo trabajo de BISON B.C. es que todo sigue igual: HIGH ON
FIRE, EYEHATEGOD, CROWBAR, SOILENT GREEN, los primeros MASTODON,
excentricidades a lo Steve Austin de TODAY IS THE DAY... Stoner guitarrero, atmósferas
psicodélicas del Sludge, producción cruda y pesada en guitarras, rítmica en
constante cambio, voces que aunque con algún elemento Hardcore algo más
predominante que en su primer disco, mantiene su aire cazallero, sonido
sureño... En definitiva, si escuchaste “Quiet Earth”, te gustará “Dark Ages”.
Ahondando un poco más, se puede considerar que este disco es más accesible, más
elaborado, acercándose más a la estela de MASTODON que a la de HIGH ON FIRE, al
contrario que en su primer disco, por contra, ha ganado en matices, sobre todo
las guitarras, con toques más progresivos, pues los ritmos cíclicos, obsesivos
y absorbentes de Brad Mackinnon, siguen siendo el vehículo que mueve el
esqueleto estructural de los temas.
Ejemplo
de este avance sónico que acabo de describir, pero también del mantenimiento
del estatismo rítmico es, sin duda, “Die Of Devotion” y en menor medida,
“Melody, This Is For You”. El primero de los citados de larga introducción
setentera, el segundo con un sonido mucho más sureño, pero cuyo desarrollo
deviene en complejo y progresivo. En cualquier caso, son detalles de una
evolución no rupturista que hacen de este disco un digno sucesor de “Qiet
Earth”, a su mismo nivel. Además de los temas citados, el resto del trabajo se
compensa entre ataques más Hardcore/Thrash y cortes más cabeceantes y pesados,
destacando la durísima dupla de apertura, tan antagónica como esencial, con un
“Stressed Elephant” denso, oscuro y con un trasfondo melódico que al principio
puede descolocar, ya preludiando ese giro algo más complejo y progresivo de
este trabajo, y en contraposición, un “Fear Cave” que es puramente HIGH ON FIRE
en sus momentos más exagerados, siendo uno de los cortes que más elementos
prestados del Hardcore coge por parte de James Farwell, manteniendo
musicalmente la acidez estomacal de EYEHATEGOD, sobre todo en su primera parte.
Los
tres cuartos de hora de duración de “Dark Ages” se terminan de dar forma con
“Two-Day Booze”, tema acelerado y para lucimiento guitarrero que vuelve hacia
el sonido MASTODON del “Leviathan”, mezclado con unas voces más esquizofrénicas
y herederas de TODAY IS THE DAY, “Take The Next Exit”, el corte Thrash del
disco, que inicialmente podría pasar por un tema de TESTAMENT hasta que
comienzan los juegos rítmicos característicos de BISON B.C., siendo junto a
“Fear Cave” de los temas más agresivos del plástico y, finalmente, la tercera
parte de Wendigo (las dos primeras las podréis encontrar en el primer disco del
grupo), aquí titulada como “Let Him Burn”, que como ya ocurriese en las dos
primeras partes del tema, sirven de escaparate de todos los elementos de BISON
B.C., aunque en este corte de forma algo más comprimida, con inicio acústico,
desarrollo virtuoso (con solo incluido en medio de la sobrecarga decibélica) y
una estructura en progresión que acaba en un éxtasis de melodía, densidad y
oscuridad a partes iguales, dejando con ganas de más.
En resumen, me es difícil decir si “Dark Ages” es mejor o peor que
“Quiet Earth”. En mi opinión es plenamente continuista y las evoluciones son
para mejor, pero tampoco grandes. Para el mucho tiempo de silencio, puede que
se les pudiera haber exigido algo más de riesgo, pero si algo funciona, y lo
haces bien, ¿para qué cambiarlo? En cualquier caso, “Dark Ages” vuelve a ser un
disco sobresaliente, fronterizo en géneros, excitante en ejecución y completo
en todos los sentidos. Bastante recomendable, en definitiva.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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