viernes, 21 de febrero de 2020

GIRLSCHOOL - "Legacy": Lejos de sus mejores años aunque se deja escuchar.



Supongo que al hacer esta crítica parto de un gran hándicap: me quedé en el “Play Dirty” de GIRLSCHOOL. Después de tres discos que según fui adquiriendo me gustaban cada vez más, el cuarto trabajo de estas chicas tan amigas de Lemmy y compañía, me decepcionó un poco y no seguí avanzando más en su carrera. Tenía curiosidad por saber si me convencían en directo y retomaba su discografía, pero dada su gran “actuación fantasma” en el Martohell de este año, donde nos dejaron con la miel en los labios y sólo vinieron a hacer turismo por Martorell y alrededores, me quedé con las ganas. En resumen, el hueco temporal que hay entre lo último que escuché de GIRLSCHOOL y este “Legacy”, primer disco que edita la banda tras la muerte de su guitarrista Kelly Johnson (que por cierto hace una breve “aparición” en el primer tema del disco, cosas que tiene la técnica...), es tan grande que puede que el cristal con el cual mire el disco esté un poco tintado, pero sinceramente, este disco no me ha dicho todo lo que debiera decirme. 

Treinta años de carrera son muchos como para hacer siempre lo mismo, dejando a sus adorados MOTÖRHEAD a un lado, claro, pero “Legacy” es puro relleno según pasan los minutos y a pesar de las muchas apariciones estelares que hay en el disco, uno se acaba aburriendo bastante. Insisto que puede que todo sea fruto de que me falta un hueco bastante grande por rellenar en la carrera de estas chicas (bueno, señoras de edad mediana ya...), pero aquí hay poco rastro de ese Rock metalizado con reminiscencias a la New Wave más sencillita de sus primeros discos, o esos toques cazalleros y sucios que tomaban prestados de Lemmy y compañía. Es más, salvo los dos primeros cortes, el resto es una especie de disco de Sleazy de serie B de estos que muchas bandas ochenteras venidas a menos sacaban en los noventa tratando de sobrevivir en medio de la nueva moda del momento, el Grunge. No es ya por la producción, que es moderna y actual, como no podría ser de otro modo, sino porque las composiciones carecen de gancho según avanzan, aunque hay que reconocer que las líneas vocales de Kim y Enid son buenas y que algún ramalazo de genialidad aún queda en los solos de Jackie Chambers.


Poniendo un poco de orden en todas las ideas que acabo de soltar, lo mejor de “Legacy”, además del hecho de que por el discurrir de este trabajo pasan gente renombrada como JJ French, Neil Murray, Phil Campbell, Eddie Clarke, Eddie Ojeda y, cómo no, Lemmy, viene en tres temas, a los cuales se les podría añadir otro cuarto, pero en su versión “bonus” y no la original que incluyen en la parte “normal” del disco. Estos temas son: “Everything´s The Same” (donde Kelly Johnson resurge de su tumba para aportar alguna pista de percusión...), “From The Other Side” y “Don´t Mess Around” (esta última con Eddie Ojeda en las guitarras). Los tres temas son los que más me recuerdan al pasado de GIRLSCHOOL y suenan potentes, excitantes, modernizados desde luego, pero a la altura de lo que, por lo menos yo, podía esperar. En especial el tercero de los citados, donde la velocidad de crucero aumenta y Eddie Ojeda está de lujo. El cuarto tema es “I Spy”, pero tiene truco. En la versión regular del CD, este tema sólo vendrá en su versión original, y es donde el disco realmente empieza a decaer. Sin embargo, en la edición especial del disco “I Spy” se repite como bonus con dos participaciones la mar de interesantes: Dio y Tony Iommi, y realmente, el tema cambia enteros, adquiriendo un tono mucho más interesante y siendo de lo más destacable del trabajo. 

El resto, poco que ofrecer. Ni siquiera la sosa versión de “Metropolis” de MOTÖRHEAD con Eddie Clarke mejora el conjunto, o el tema donde Lemmy aparece con su omnipresente bajo y su inconfundible voz, “Don´t Talk To Me” (a priori potente y rápido, pero bastante simplón), consiguen hacernos salir del rutinario devenir del trabajo. No es que sean canciones malas, simplemente pasan sin pena ni gloria ante nuestros oídos, intentando aunar el pasado y el presente musical en un sólo producto, y quedándose el resultado entre dos aguas turbulentas que no consigue vadear. Puede que si has seguido de manera asidua la carrera de GIRLSCHOOL no se te haga tan aburrido el disco, pero en mi humilde opinión, este disco ofrece lo justo para aprobar pero nada más. 

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


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