jueves, 7 de noviembre de 2019

GRETEL - "Proteo": Una alegoría sobre la sociedad actual.


Viendo fotos promocionales de los granaínos GRETEL uno pensaría que vienen a nosotros después de pasar por una máquina del tiempo. Aspecto totalmente setentero, imágenes psicodélicas, oscurantismo yacente... Se formaron como un "engendro" a medio camino entre Granada, Antequera y Cádiz, para traspasar el espacio relativo y llegar a una dimensión paralela donde ponen música, de otro tiempo, a una sociedad marchita, a una humanidad decepcionada y a un futuro incierto. "Haced lo que os venga en gana, porque no hay mañana". Ese es el resumen de esa otra dimensión en la que GRETEL asienta sus cimientos y cuyo primer testamento, nuevo testamento como ellos dicen, es "Proteo". Un trabajo conceptual que recoge todo este pesimismo consustancial a la humanidad y le pone sonido en forma de electricidad envolvente y mala hostia verbal.


Seguramente muchos dirán que GRETEL parte de la raíz de BLACK SABBATH, pasada por el sonido más crudo y cabreado de Maryland a lo PENTAGRAM, THE OBSESSED o REVELATION. Obviamente de eso hay. Un hammond omnipresente por detrás de los temas aporta un aire aún más retro si cabe... y si me apuras, casi podríamos escuchar ecos fuzzies de gente como IRON BUTTERFLY. Todo esto si nos quedamos en la música, excitante proto doom metal asentado en el poderío rítmico y en el culto al riff pesado de Adri Mayorga y José Rodrigo, en donde se entrecruzan puentes y pasajes solistas y de cambio al más puro estilo Tony Iommi. Pero he aquí el punto de mayor personalidad de GRETEL, y es su vocalista, Manuel Albalat. 


La primera vez que escuché a GRETEL y Manuel escupió su primera frase me vino a la mente una banda, LONE STAR. Pero no los míticos de "Mi Calle", sino cuando la banda catalana de crudo rock con alma de jazz, abrazó la distorsión y la crudeza en discos como "Horizonte" o sobre todo "Oveja Negra". La voz rasgada de Manuel me recordaba a la de Pere Gené en esos discos. Si unimos esto a la música, otro grupo viene a la mente. Ese es ÑU en los años más oscuros de la grandiosa banda española. Obviamente, que GRETEL canten en castellano, influye en estas percepciones, pero creo que este elemento es el más llamativo del grupo y el que al mismo tiempo sirve para encarnar a la perfección el concepto que "Proteo" esconde detrás.

Un concepto ya adelantado hasta ahora. El nombre del disco es el mismo que el del protagonista de las letras, un hombre cargado de amargura que se encuentra en plena lucha interior provocada por un contexto que hastía y quema por dentro. "Qué yo hago si no me quedan fuerzas para luchar por esta puta patria banal". "No hagas caso a profetas ni evangelios que te dicten qué está bien y qué está mal". Para describir toda esta rabia y nihilismo, la voz de Manuel se ve intensificada en la mezcla, encajando en la psicodelia eléctrica y pétrea de los riffs como si fuera un puñetazo en la mesa que no deja nada sobre la misma. Las ruinas de la sociedad caen al suelo en cada verso y se hacen añicos.


Decir que GRETEL inventan algo nuevo, es mentir. Pero no creo que lo pretendan. Lo suyo es pura devoción por otra época y la verdad es que lo consiguen y se lo creen, que es lo más importante. Triunfan en los temas largos, como el inicial "Metamorfosis" que es uno de los mejores del plástico, con un puente que se me antoja glorioso, el más reposado "La Gomia" que me recuerda a Captain Beefheart en su inicio bluesy o sobre todo "Amanecer" que es puro BLACK SABBATH y que es un canto a la esperanza pasando de todo y de todos. Pero también se manejan bien en temas más de transición, siendo "Laberinto" el que más me gusta de todos por su pegadizo riff. Todas las composiciones siguen unos patrones muy marcados, pero no por ello menos interesantes, porque se masca la electricidad en cada poro del disco y en cada escupitajo de realidad lanzado por la boca de Manuel.

Si estas harto de una sociedad hipócrita y desgastada y quieres gritar de rabia, "Proteo" pone sonido a tus pensamientos. GRETEL viaja al pasado y a un universo paralelo donde para salir adelante hay que reducir a cenizas todo lo establecido y crear tu propio camino. Sólo así se logrará dejar atrás el sentimiento de culpa creado por un entorno que te hace creer que la felicidad está en algo ajeno, cuando en verdad la tienes en tu interior. Psicodelia musical para poner sonido a una alegoría cruda y rota de la sociedad actual.



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