¡Qué
sorpresa este debut de LIQUID GRAVEYARD! Algunos recordarán a una banda seminal
del Death Metal europeo, que sin embargo no tuvo la repercusión necesaria:
CANCER. Hoy sus discos se cotizan al alza y no es la primera vez que se pueden
ver en versión pirata, pero aún así, siendo uno de los grandes a tener en
cuenta de la escena inglesa, su popularidad rozaba el mínimo cuando retornaron
con un “Spirit In Flames” que dejaba el sonido clásico del grupo a un lado, y
que aunque de resultados no excesivamente lucidos, consiguió que algunos
pudiésemos verlos en medio de la gira de NAPALM DEATH con los siempre odiosos
DIECAST, cuando sólo una veintena de personas poblaban Ritmo y Compás (horas
después la sala estallaría en aforo, haciéndose imposible respirar y dejando la
actuación de CANCER en mera anécdota de la que muchos ni fueron conscientes).
Después de aquello, CANCER volvía a “morir” y poco más se supo de John Walker.
Mi
sorpresa ha venido al recibir este “On Evil Days”, disco debut de LIQUID
GRAVEYARD. Al principio me puse a escucharlo sin mirar el libreto ni saber su
formación. Como no conocía nada del grupo, quería tener una primera impresión
sobre su música, sin comparaciones previas ni nada. Debo reconocer que el disco
me costó acabarlo: navega mucho entre aguas intermedias, bebiendo de todos los
palos imaginables, y aunque el sonido es muy bueno, no me terminaba de
convencer la mezcla final, en especial en lo que a la voz se refiere. Cuando
abrí el libreto y descubrí que John Walker era el cerebro de LIQUID GRAVEYARD
junto a su mujer Raquel y Adrián de Buitléar de MOURNING BELOVETH, no pude
dejar de arquear las cejas y abrir los ojos como platos. Jamás pensé que Walker
tenía estas inquietudes tan heterodoxas y menos aún que, pese a la defunción de
CANCER y su definitivo establecimiento en Madrid, seguía vivo musicalmente
hablando. Me lo imaginaba en otros menesteres más reposados y menos creativos,
y afortunadamente, me equivocaba.
Dicho
esto, retomo el hilo musical: “On Evil Days” es un disco raro, pero con ganas
además. Por un lado se puede decir que trata de beber de THEATRE OF TRAGEDY y
toda la legión de bellas-bestias posteriores, sobre todo cuando Raquel hace uso
de su voz limpia más natural, la de soprano y no se empeña en bajar el tono (es
lo que menos me gusta de su trabajo, pues su voz suena “rara” en tesituras
limpias más graves). El contrapunto a esta voz angelical heredera de Liv Kristine
(clara referencia en un tema como “Them Greeds”, de riffs muy Doom y uno de mis
favoritos), parece ser la propia Raquel, sólo acompañada como segunda voz por
su marido en el tema “From The Tower” si hacemos caso al libreto, aunque
sinceramente no me lo acabo de creer, con excepción de la voz anecdótica cuasi
rasgada de “The Blood Inside”, y pienso que John Walker se encarga de la
segunda voz en todos los temas, y si me equivoco, mi enhorabuena, porque el
registro gutural es francamente bueno. Sin embargo, LIQUID GRAVEYARD es mucho
más. Los sonidos más accesibles y casi rockeros de la ultimísima etapa de
CANCER también están presentes (como ocurre en “Criministers”, pegadiza y
groovie o “Their Words Grow Thin”, nuevamente con Raquel en buen estado en sus
registros altos y pasajes de corte muy Heavy), y la oscuridad y el ambiente
opresivo y denso, faceta que no conocía yo de Walker, también aparece en por
ejemplo “On Evil Days” y sobre todo “1760” , uno de los temas más sentidos y
decadentes, con extraños pasajes fantasmagóricos, samplers y voces modificadas,
incluidas.
El
resumen de todo esto podría ser una mezcla entre Doom – Dark – Death y hasta
música progresiva, de difícil comparación, aunque quizás la más adecuada sea la
que la hoja promocional cita: DOMINION, si bien me parece que da mucho más de
sí. La etapa media de ATROCITY, cuando empezaban a experimentar con sonidos
oscuros también podría ser una referencia, al igual que AGHORA, por ese toque
progresivo que tienen. Pero en general, se puede decir que LIQUID GRAVEYARD
tiene un sonido tan personal, como etéreo y disperso. Y es aquí donde viene el
punto débil del disco: por un lado, cosa rara, un sonido que no me termina de
convencer, conseguido en los estudios Sandman de Madrid, de donde han salido
buenísimas producciones últimamente, pero que en esta ocasión, sobre todo en el
apartado de voces limpias, me suena algo descompensado y falto de fuerza. Pero
por otro lado, y en parte consecuencia y al mismo tiempo contribuyente a la
anterior sensación sonora, LIQUID GRAVEYARD me parece un proyecto inconcluso.
Las canciones parecen empezar, pero uno no sabe muy bien en qué momento Walker
quiere que acaben. Esto contribuye a la sensación de rareza, pero también a la
dispersión a la que me refería, de tal manera que al terminar el disco es
difícil decir si realmente te ha gustado: está muy bien hecho, cuidado y se
nota trabajado, pero no consigue transmitir todo lo que debiera.
No obstante, y recopilando todo lo dicho, “On Evil Days” es un disco tan
sorprendente como la historia y presencia ilustre de sus miembros. No busques
comparaciones, tampoco la tranquilidad del pre-conocimiento de un estilo
concreto. Simplemente déjate llevar y trata de comulgar con las ideas
personales que John Walker, su esposa y compañía, han tratado de plasmar en
este primer esfuerzo. Una cosa está clara, Walker sigue siendo una mente
creativa y con LIQUID GRAVEYARD parece que ha conseguido poner la primera
piedra de algo mucho mayor. Sólo le queda definirse un poco más y terminar de
redondear el resultado. Mientras tanto, un debut notable.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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