Algunas
bandas encuentran una segunda juventud que les hace recuperar el tiempo perdido
y HOUSE OF LORDS pienso que es una de ellas. Si a finales de los ochenta
tuvieron cierta repercusión, desde que volvieron de la mano de la discográfica
todo poderosa en lo que a Hard Rock se refiere, Frontiers, en el 2004, la banda
de James Christian no ha parado de dar en el clavo,
especialmente con el trabajo precedente a este que me dispongo a comentar,
“World Upside Down”. Ahora el grupo regresa con “Come To My Kingdom” y, aunque
no llega a superar al citado, nos encontramos ante un discazo que no desmerece
para nada y que vuelve a dar en el clavo con un buen puñado de buenas
canciones, algunas soberbias, otras muy buenas y otras notables, y sin muestras
de agotamiento ni de relleno.
Subiéndose
al tren de la calidad que está surcando las vías del Hard Rock en lo poco que
llevamos de 2008, HOUSE OF LORDS factura un disco variado, con temas que reúnen
modernidad y clasicismo, buen Rock, estribillos para el recuerdo, algún momento
íntimo y realmente jugoso, y en general, todos los elementos necesarios para
que cualquier amante del género disfrute como un enano. Temas directos, sin
grandes vericuetos, de duración ideal para ser recordados sin cansar, pero
manteniendo una línea variada y alternando tempos para que el extenso disco se
pase en un suspiro. Y todo con una producción conseguida por el propio James
Christian, que aúna los nuevos tiempos con las formas ochenteras, destacando
unas guitarras que saben sonar rockeras cuando deben, los teclados
omnipresentes y la enorme voz de Christian que literalmente, y dicho de manera
llana y chabacana, se sale, al igual que su compañero Jimi Bell que sin robarle
protagonismo esparce por el disco algunos solos realmente brillantes.
Sinceramente, dejando a un lado la piel del crítico que trata de ser objetivo,
“Come To My Kingdom” es un disco increíble que siempre está por encima del
notable en lo que a composiciones se refiere, muy recomendable tanto si ya
conocías a la banda, como si te has acercado a ella nada más que de pasada en
tiempos precedentes.
Antes
de pasar a describir brevemente el contenido de este disco, permitidme que
empiece sin orden aparente, pero desde hace días no me quito de la cabeza
“Another Day From Heaven”, que encima en la edición europea del disco viene por
partida doble, pues también es recogida como bonus acústico con el piano y la
voz de Christian derrochando sentimiento. La que podría denominarse la balada
del disco, probablemente single en potencia, es un tema que pone los pelos de
punta y que transmite fuerza, belleza, elegancia... por todos sus surcos (si
este objeto frío y plateado que es el CD fuera un disco de verdad). La voz de
Christian y las guitarras plañideras y llenas de desesperación hacen que nos
sintamos encandilados por este corte, que aunque no sea representativo del
trabajo, está fuera de categoría, sin parangón posible. Pero sería injusto
quedarse sólo en este tema, pues si hay algo que “Come To My Kingdom” posé como
virtud es su desarrollo compensado, tratando de tocar todos los tempos y
estilos dentro del Hard Rock, para que el aburrimiento y la repetición no sean
una opción.
Con
mayor o menor brillo, temas como el que da título al disco, “Come To My
Kingdom”, uno de los más poderosos y pegadizos, con un estribillo que se graba
a fuego, épico y lleno de fuerza, la ochentera en el uso de los teclados y
efectos de guitarra “I Need To Fly”, con un trabajo vocal de Christian
excepcional, la enorme y también muy épica “The Dream”, una de las canciones
más completas de todo el trabajo, envolvente y en cierta medida progresiva (en
el sentido de que va de menos a más), la rockera y directa “One Foot In The
Dark”, que recupera la senda del estribillo para el recuerdo, la intimista y
cálida “I Believe”, no tan brillante como “Another Day From Heaven”, pero
también con un trabajo instrumental y vocal notable, o su continuación, “One
Touch”, un tema donde las guitarras de afinación grave le dan un toque moderno
y actual que siempre está presente en todo el disco, y finalmente “Even Love
Can´t Save Us”, otra cuyo estribillo será difícil de olvidar... todos ellos
conforman un disco al que no le sobra nada, y que juega entre la efectividad,
el sentimiento y la epicidad a partes iguales, dando como resultado un trabajo
completo, redondo (valga la redundancia) y altamente recomendable para amantes
de lo clásico y de lo actual en el terreno del Hard Rock y sus derivados.
Si ya conocías lo que venía haciendo HOUSE OF LORDS, “Come To My
Kingdom” no te defraudará y te ofrecerá grandísimos momentos que seguramente
añadirás a tu lista de temas preferidos del grupo. Si pretendes acercarte al
grupo por primera vez, “Come To My Kingdom” también es ideal, porque al igual
que su precedente discográfico, muestra a una banda llena de calidad que sigue
en el camino de la inspiración. En cualquier caso, uno de los lanzamientos del
año en el ámbito del Hard Rock (y ya van unos cuantos).
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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