martes, 19 de noviembre de 2019

HOUSE OF LORDS - "Come To My Kingdom": uno de los discazos del año 2008.


Algunas bandas encuentran una segunda juventud que les hace recuperar el tiempo perdido y HOUSE OF LORDS pienso que es una de ellas. Si a finales de los ochenta tuvieron cierta repercusión, desde que volvieron de la mano de la discográfica todo poderosa en lo que a Hard Rock se refiere, Frontiers, en el 2004, la banda de James Christian no ha parado de dar en el clavo, especialmente con el trabajo precedente a este que me dispongo a comentar, “World Upside Down”. Ahora el grupo regresa con “Come To My Kingdom” y, aunque no llega a superar al citado, nos encontramos ante un discazo que no desmerece para nada y que vuelve a dar en el clavo con un buen puñado de buenas canciones, algunas soberbias, otras muy buenas y otras notables, y sin muestras de agotamiento ni de relleno.

Subiéndose al tren de la calidad que está surcando las vías del Hard Rock en lo poco que llevamos de 2008, HOUSE OF LORDS factura un disco variado, con temas que reúnen modernidad y clasicismo, buen Rock, estribillos para el recuerdo, algún momento íntimo y realmente jugoso, y en general, todos los elementos necesarios para que cualquier amante del género disfrute como un enano. Temas directos, sin grandes vericuetos, de duración ideal para ser recordados sin cansar, pero manteniendo una línea variada y alternando tempos para que el extenso disco se pase en un suspiro. Y todo con una producción conseguida por el propio James Christian, que aúna los nuevos tiempos con las formas ochenteras, destacando unas guitarras que saben sonar rockeras cuando deben, los teclados omnipresentes y la enorme voz de Christian que literalmente, y dicho de manera llana y chabacana, se sale, al igual que su compañero Jimi Bell que sin robarle protagonismo esparce por el disco algunos solos realmente brillantes. Sinceramente, dejando a un lado la piel del crítico que trata de ser objetivo, “Come To My Kingdom” es un disco increíble que siempre está por encima del notable en lo que a composiciones se refiere, muy recomendable tanto si ya conocías a la banda, como si te has acercado a ella nada más que de pasada en tiempos precedentes.


Antes de pasar a describir brevemente el contenido de este disco, permitidme que empiece sin orden aparente, pero desde hace días no me quito de la cabeza “Another Day From Heaven”, que encima en la edición europea del disco viene por partida doble, pues también es recogida como bonus acústico con el piano y la voz de Christian derrochando sentimiento. La que podría denominarse la balada del disco, probablemente single en potencia, es un tema que pone los pelos de punta y que transmite fuerza, belleza, elegancia... por todos sus surcos (si este objeto frío y plateado que es el CD fuera un disco de verdad). La voz de Christian y las guitarras plañideras y llenas de desesperación hacen que nos sintamos encandilados por este corte, que aunque no sea representativo del trabajo, está fuera de categoría, sin parangón posible. Pero sería injusto quedarse sólo en este tema, pues si hay algo que “Come To My Kingdom” posé como virtud es su desarrollo compensado, tratando de tocar todos los tempos y estilos dentro del Hard Rock, para que el aburrimiento y la repetición no sean una opción.

Con mayor o menor brillo, temas como el que da título al disco, “Come To My Kingdom”, uno de los más poderosos y pegadizos, con un estribillo que se graba a fuego, épico y lleno de fuerza, la ochentera en el uso de los teclados y efectos de guitarra “I Need To Fly”, con un trabajo vocal de Christian excepcional, la enorme y también muy épica “The Dream”, una de las canciones más completas de todo el trabajo, envolvente y en cierta medida progresiva (en el sentido de que va de menos a más), la rockera y directa “One Foot In The Dark”, que recupera la senda del estribillo para el recuerdo, la intimista y cálida “I Believe”, no tan brillante como “Another Day From Heaven”, pero también con un trabajo instrumental y vocal notable, o su continuación, “One Touch”, un tema donde las guitarras de afinación grave le dan un toque moderno y actual que siempre está presente en todo el disco, y finalmente “Even Love Can´t Save Us”, otra cuyo estribillo será difícil de olvidar... todos ellos conforman un disco al que no le sobra nada, y que juega entre la efectividad, el sentimiento y la epicidad a partes iguales, dando como resultado un trabajo completo, redondo (valga la redundancia) y altamente recomendable para amantes de lo clásico y de lo actual en el terreno del Hard Rock y sus derivados.


Si ya conocías lo que venía haciendo HOUSE OF LORDS, “Come To My Kingdom” no te defraudará y te ofrecerá grandísimos momentos que seguramente añadirás a tu lista de temas preferidos del grupo. Si pretendes acercarte al grupo por primera vez, “Come To My Kingdom” también es ideal, porque al igual que su precedente discográfico, muestra a una banda llena de calidad que sigue en el camino de la inspiración. En cualquier caso, uno de los lanzamientos del año en el ámbito del Hard Rock (y ya van unos cuantos).

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


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