Si
hubiera que determinar qué banda ha tenido más influencia en la historia de
esta música, estaríamos ante una difícil decisión, pero seguramente BLACK
SABBATH sería una de las que más puntos recogiera. No sólo fue (y es) una banda
pionera en un estilo tan genérico como es el Heavy con mayúsculas, sino que en
sus distintas etapas fue creando sin querer nuevas tendencias. Y sin lugar a
dudas, una de las tendencias en que más ha influido fue en el Doom.
Dejando
a un lado estos desvaríos históricos, que no obstante, son perfectamente
coherentes con el motivo de esta reseña, partiendo de bandas como SAINT VITUS,
los oscuros PENTAGRAM y sobre todo CANDLEMASS, todos ellos herederos del sonido
de Iommi y compañía, podremos así hacernos una idea de los sonidos de los que
bebe la banda italiana THUNDERSTORM. Banda creada en los primeros años noventa,
pero que por diversos motivos no tuvo reflejo discográfico hasta el cambio de
milenio, siendo “As We Die Alone” el cuarto disco en su carrera. Sencillamente otra
banda más que partiendo del sonido sabbathico nos ofrece un primigenio Doom,
aunque renovado en formas y sonido. Añadiendo al lote un vocalista que es un
cruce perfecto entre Ozzy y Marcolin, nuevamente para desgracia de los fans de
la banda fuera de CANDLEMASS, obtenemos una banda que no defraudará a los
amantes de estos pétreos y clásicos sonidos.
El
único problema de THUNDERSTORM es que no me llega a emocionar, me gusta el
resultado, me atrae mucho su propuesta, pero creo que están demasiado
encorsetados en sonar a sus dioses particulares, sonando el resultado demasiado
frío. No cabe duda de que temas como “Death Rides On The Highway” o “The Mad
Monk”, donde parecerá que Ozzy es el que canta, suenan realmente bien y tienen
ese toque oscuro necesario que tan bien les sale a los sucesores de BLACK
SABBATH, pero les falta algo, como si no llegaran a explotar y el disco se
digiera bien pero pase sin pena ni gloria. No es por la producción, que es
excelente, pulcra y directa, aunque quizás demasiado dura en las guitarras
restando oscuridad, pero haciendo ganar en fuerza al conjunto. Tampoco es
porque los temas estén mal compuestos, porque tienen los riffs adecuados,
típicos de la escuela Iommi... no sabría decir exactamente la causa, pero el
disco se pasa ante mis ojos sin dejar excesivo poso, cosa que con otras bandas
como las citadas en esta reseña nunca me pasa.
Aunque
la capacidad de sorpresa es pequeña, sobre todo si eres amante de este estilo,
THUNDERSTORM deja colarse algunas influencias ajenas a sus parámetros
iniciales, como en la emotiva “I Wait”, cuyo inicio parece uno de los muchos
temas a medio tiempo que tienen los dioses NEVERMORE, supongo que debido al
timbre elevado que adopta Fabio Bellan en este corte. Sin embargo, aunque el
sonido está renovado y las guitarras suenan mucho más potentes de lo que cabría
esperar, la mayoría de las composiciones no se despegan de sus intenciones
iniciales, siendo por ejemplo “Hypnowheel Of Life” y “S.L.O.W.” dos temas que
bien podrían haber firmado CANDLEMASS en su último trabajo. Riffs lentos,
pesados y basados en pocas notas, que se repiten de una forma muy hipnótica, y
la teatral voz de Fabio dando un toque de oscuridad mayor. Se echan de menos de
vez en cuando los típicos puentes que cambian el ritmo, tan propios de BLACK
SABBATH, pero los italianos han preferido quedarse con la parte más oscura y
contundente de este estilo.
Para
el final THUNDERSTORM se ha guardado una curiosidad no exenta de su interés
propio. Una versión del mítico tema de Jimi Hendrix, “Voodoo Child”. En la
página web de la banda se apresuran a rendir pleitesía al maestro de maestros
de las seis cuerdas, excusándose en sus respetos a la versión original, pero la
intención de la banda no era que el tema sonase como el del dios Hendrix.
Aunque sigue manteniendo cierto toque psicodélico en las guitarras, han
adaptado la versión bastante bien a su estilo, reduciendo las revoluciones y
rebajando la tonalidad del tema para hacerlo más acorde con el resto del disco.
Y el resultado es bastante notable, no llega a ser tan efectiva como la versión
original, pero el lavado de cara y el cambio estilístico que le han dado la
convierten en un punto fuerte del disco.
En resumen, se podría decir que “As We Die Alone” es un disco irregular,
bueno en general, pero con falta de enganche. Si te gusta el sonido pétreo de
CANDLEMASS y demás alumnos aventajados de la escuela de BLACK SABBATH no creo
que te decepcionen, pero el resultado es demasiado deslucido para lo que en
principio prometía el planteamiento del trabajo y de la banda. No es un mal
disco, pero podría haber estado mucho mejor.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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