lunes, 11 de noviembre de 2019

PALEHORSE - "Habitual Linestepper": opresión retorcida para los oídos.



Desde Londres, y creados hace una década a partir de retales de varias bandas de Hardcore y Punk, llega el segundo disco de PALEHORSE a las tiendas, “Habitual Linestepper”. No se puede decir que estemos ante una banda prolífica desde luego. El hecho de que en diez años sólo hayan editado dos discos y además el que tengo en mis manos sea de muy corta duración (aunque intenso como pocos), hace pensar que se lo toman con calma, pero si con ello consiguen obtener tan buenos resultados en lo que a calidad se refiere como en este “Habitual Linestepper”, bienvenido sea.

Musicalmente estamos ante una banda opresiva como pocas: Sludge / Drone sin guitarras, sólo con el apoyo de dos bajos y la batería además de las dos voces de Nikolai y Seedi, los cuales adoptan registros tan alocados y extremos que por momentos me recuerdan a los dioses TODAY IS THE DAY. Con una instrumentación tan parca, los patrones rítmicos adoptan un protagonismo mayor si cabe, aunque los bajos se intercambien las líneas melódicas para que no todo sea esqueleto musical. En cualquier caso, partiendo de las enseñanzas de EYEHATEGOD y sus derivados, el virtuosismo deja paso a una intensidad que al mismo tiempo agobia y atrae. Una intensidad que gracias a la labor de Ben detrás de los parches, aumenta o disminuye, mientras los bajos de John y James se distorsionan o suenan limpios según el caso. Son los auténticos protagonistas de PALEHORSE, lo que podríamos considerar la rítmica en otros grupos y que aquí son en sí mismos el grupo. Los intrincados ritmos de la batería proporcionan el pulso que le sirve a los bajistas para aportar los efectos sobre los que descansar las voces, y aún así consiguen hacer variadas cada una de las composiciones y que el oyente se sienta atraído por su música.


 Se echa de menos la inclusión de algún tema más extenso que, como demuestra la última composición de “Habitual Linestepper”, nos permitiera caer hipnotizados ante la angustia musical del grupo. De hecho es lo que más me llamó la atención de PALEHORSE, que sus temas no son precisamente largos a excepción de “The Guiltiest Secret”, uno de los más desnudos, compuesto y descompuesto una y otra vez por los miembros del grupo y donde los vocalistas combinan registros más extremos y opuestos entre sí, pasando del grito desgarrado al susurro en cuestión de segundos. Además, en mi opinión, PALEHORSE saben mantener de manera envidiable el interés por su música según avanzan los cortes, con lo que no creo que incluir más temas de este estilo hubiera deslucido su propuesta. Nos tendremos que conformar con lo que nos ofrecen en este disco, que no es poco ni mucho menos, gracias a su orgánico sonido, que da sensación de directo, y gracias también al hecho de que no hay cortes entre los temas y todo se escucha del tirón como si estuviéramos en un concierto.

En el resto del disco nos encontramos un tema inicial, “Waited”, que en poco más de tres minutos de experimentaciones electrónicas y efectos nos envuelve de una manera adictiva, esperando con interés el momento en que PALEHORSE explota y ofrece en “What Community, What Scheme” todo su arsenal, en uno de los mejores temas gracias a la repetitiva línea de uno de los bajistas, mientras el otro aporta la distorsión necesaria al tema y los vocalistas ofrecen sus registros más agresivos. Sin pausa, “I´m Afraid We´re Still In Wheelchairs” ofrece la cara más hipnótica de PALEHORSE: un sencillo ritmo, una línea de bajo fácil de recordar y los vocalistas aumentando su fuerza según avanza el tema, hasta la explosión final de violencia sonora. Finalmente, y antes del ya citado “The Guiltiest Secret”, “We Cannot Love You” se convierte en uno de los temas más adictivos del disco, nuevamente gracias a la labor rítmica de Ben que usa hasta el doble bombo para incrementar la intensidad de la música.

En definitiva un disco que sabe a poco, pero que concentra en un trozo de plástico una cantidad tal de decibelios difícil de describir. Sin el apoyo de las seis cuerdas, la simple instrumentación de PALEHORSE consigue derrumbar cualquier muro que se le ponga por delante. Sin concesiones, un disco de Sludge opresivo e hipnótico que no defraudará a ningún aficionado al género.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)


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