Hace
dos años descubrí por casualidad a esta banda francesa. Acababa de editar
“Deviant Current Signal”, su primer disco, y cayó en mis manos medio de rebote,
descubriendo nuevamente gracias al trabajo en esta web, una banda que apuntaba
maneras. Desde que escribo en estas páginas he podido descubrir grupos que de
otra manera me habrían pasado desapercibidos, y el caso de HACRIDE fue uno de
ellos. Ahora el grupo vuelve para presentar su segundo disco, “Amoeba”, un paso
más en su sonido, aunque como a continuación relataré, con menos capacidad de
sorpresa y por debajo de lo esperado en calidad.
Sus
principales influencias siguen presentes. Esa mezcla entre los riffs y el
sonido actual de MESHUGGAH, con la técnica y la tradición de DEATH, sigue patente,
pero ahora la banda gala ha pendulado un poco más hacia el primer lado,
profundizando en la matemática, la locura controlada y las estructuras
repetitivas e hipnóticas de los suecos. Siguiendo la estela de alumnos
aventajados en este estilo como GOJIRA o TEXTURES, HACRIDE vuelve con un
segundo disco mucho más trabajado en el aspecto compositivo, pero algo más
convencional en el resultado final. Sin conseguir llegar al éxtasis de sus
compatriotas GOJIRA, el grupo de Poitiers se centra en crear estructuras que,
con simplicidad aparente de elementos, se retuercen una y otra vez sobre sí
mismas, hasta conseguir un efecto hipnótico en el oyente. El problema es que,
conforme va avanzando el disco, se va perdiendo efectismo y al final, la hora
de duración que casi alcanza se hace muy larga.
La
evolución del grupo es palpable en este trabajo: el sonido mejora notablemente,
aumentando el peso de las guitarras y la batería para dar mayor potencia al
conjunto, lo cual ayuda a impresionar en las primeras escuchas. Los riffs se
repiten una y otra vez y se combinan con melodías y rápidos fraseos que aportan
el toque técnico y de variedad al trabajo. La voz hace uso de un registro cuasi
Hardcore, pero se conjuga con otras sonoridades que aportan cierta atmósfera a
las composiciones (voces limpias que se difuminan para dar un aire
fantasmagórico). Finalmente y para lograr un resultado más experimental, las
composiciones se alargan con cambios de ritmo y estructura constantes, uniendo
las distintas partes con disonancias y armonías extrañas, lo que tiene un
efecto sorprendente al principio pero con las sucesivas escuchas acaba por
resultar un poco saturante.
En
consecuencia, y sirviendo de resumen de la evolución del sonido de HACRIDE,
“Amoeba” es un trabajo superior en el aspecto compositivo que su predecesor,
pero se vuelve mucho más disperso de lo que cabría esperar teniendo en cuenta
la música directa que practica el grupo. Les ha faltado dar un poco más de
cohesión a las ideas para no quedarse a medio camino. Aún así algunos temas son
francamente buenos. “Perturbed” y “Vision Of Hate”, por ejemplo, aunque son
largos, se hacen bastante amenos (sobre todo el segundo de los citados), por
los constantes cambios de estructura y los potentes riffs. Tras la instrumental
“Liquid”, se empieza a ver un cierto estancamiento de ideas, pues los temas,
aunque siguen siendo notables, se vuelven algo previsibles.
Sólo “Ultima Necat”
y su continuación, “On The Threshold Of Death” (el tema más largo), se
desmarcan un poco del resto ofreciendo un nuevo paisaje, más pausado, más
emotivo y atmosférico, lo cual ayuda a despejarse de la continuidad en que
estaba decayendo el trabajo de HACRIDE en los temas previos. En el primero de
los cortes, que sirve de introducción instrumental, las guitarras acústicas
serán protagonistas desplegando una variada paleta de texturas y colores, que
contrastan con el resto del disco. El segundo de los cortes mantiene la
calidez, haciendo hincapié en las atmósferas (recreadas por las voces limpias
de Bourreau), que mezclan de manera notable con los elementos contundentes de
la música de HACRIDE. Si hubieran experimentado en esta línea a lo largo del
resto del disco la nota final habría sido un poco más alta.
Tras
la escucha de “Amoeba” creo que al grupo de Poitiers todavía le falta mucho
camino para llegar a la altura de sus compatriotas GOJIRA, y aunque viendo el
éxito de la banda del País Vasco francés, parece que HACRIDE ha querido
profundizar en los elementos que tenía en común con el otro cuarteto galo, el
resultado obtenido está un poco por debajo de lo que cabría esperar, si lo
comparamos con su buen debut. “Amoeba” no es un mal disco, es más, si te gustan
las bandas que he ido citando a lo largo de la reseña seguro que te agradarán,
pero creo que podrían haber dado más de sí. Siguen siendo notables, pero les
falta el empujón final. Todo se andará.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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