Hay
discos que se comentan por sí mismos, con que des unas pinceladas de lo que el
oyente se va a encontrar cuando lo ponga en su reproductor, todos vamos a saber
de qué se trata. Discos sin ningún tipo de pretensión más que la de divertirse
la banda y transmitir su entusiasmo a los que les escuchan. Sin florituras, sin
salirse del tiesto, simplemente música directa a la yugular. En este grupo de
discos está “Slaying The Life”, cuarto trabajo ya de los suecos BESTIAL
MOCKERY. Y el resumen de este trabajo se puede llevar a cabo con una palabra:
maldad.
Conociendo
el anterior trabajo de los suecos en Osmose, pocas cosas han cambiado en
BESTIAL MOCKERY, además del cambio de discográfica, convirtiéndose en el primer
lanzamiento de un subsello recién creado bajo los auspicios de Season Of Mist,
dedicado a sacar a la luz discos de auténtico underground, conocidos por los
amantes de los subsuelos metálicos y poco más. Una propuesta que me parece muy
buena por parte del sello y que dará a conocer a más de una banda honesta, fiel
a sus principios y cuyos fans esperan pocos cambios en su manera de ver la
música. El caso es que BESTIAL MOCKERY sigue partiendo de la base Thrash de
SLAYER y POSSESSED y la pasa por la batidora europea de las primeras bandas
oscuras que se vieron por estas latitudes: HELLHAMMER, SODOM, los primeros
KREATOR... En resumen, Black-Thrash a piñón fijo y sin contemplaciones,
estimulante como pocos y digno de alabanza, a pesar de que no aporten mucho que
no se sepa al género. Cogen así el testigo de bandas como DESASTER o sus
compatriotas WAR y BESTIAL MOCKERY se dedica a recuperar un sonido y una
estética visual y sonora única y realmente maligna en su envoltorio.
Los
temas se suceden con estructuras sencillas, no superando los tres minutos,
dejando que la capacidad de impresión llegue a través de pocos elementos, riffs
a medio camino entre el Black primigenio y el Thrash, solos cortos y certeros y
ritmos constantes, manteniendo el acelerador pisado gran parte de los 35
minutos que en sí mismos dura el disco (el resto son pistas de silencio que
hacen que el redondo tenga justo 66 cortes, tras lo cual un tema corto bonus
track sin título vendrá a redondear el trabajo). Música sin complejos, llena de
clichés (en las letras sobre todo), sin ningún tipo de pretensión de
innovación, pero estimulante al 100% para los que somos amantes de las formas
primigenias del Metal Extremo. Lo único que no me termina de convencer es la
producción del trabajo, un punto en el que sí han cambiado. Si en el anterior
trabajo el sonido era limpio, pero a la vez de regusto clásico y old-school
total, en “Slaying The Life” todo suena demasiado aséptico, demasiado
prefabricado. Es un mero detalle, porque la música es capaz de hablar por sí
misma, pero el sonido que han logrado en esta ocasión hace perder fuerza a los
temas conforme se van sucediendo las escuchas. No obstante, el disco tiene los
elementos suficientes para que disfrutes como un niño a poco que te guste este
estilo, renacimiento de las raíces del Metal Extremo.
Desde
el manido riff inicial de “Slaughter Mass”, el grado de excitación transmitido
por BESTIAL MOCKERY no decaerá hasta el último segundo del trabajo. Con una
estructura muy cercana al famoso “Outbreak Of Evil” de SODOM (reflejo de que el
grupo sueco se basa en los clásicos de una manera que va más allá de la mera
influencia), no hay mejor inicio para este disco en el escaso minuto y medio
que dura. “Storm Of The Beast” tiene una variedad de riffs mayor y una
estructura algo más cambiante, pero la experimentación en BESTIAL MOCKERY es
mínima, con lo que nuestras cervicales seguirán balanceándose, contagiados por
los riffs, los blast beats y los ritmos Thrash. También habrá hueco, tanto en
este tema, como en los restantes, para un notable solo de guitarra, de corte
muy clásico y no abusando del trémolo como suele ocurrir en este tipo de
grupos. La velocidad no decae (y no lo hará), aunque en “Antichrist Of War” el
metrónomo sí reduce un poco su ritmo de balanceo, favoreciendo un corte más
maligno y atmosférico, donde los riffs no se afilan tanto. Si tienes la versión
en vinilo del trabajo, a continuación podrás disfrutar de otro corte que no
está presente en el CD, “Return Of The God With Napalm Eyes”, que supongo que
mantendrá el nivel y la tónica general del trabajo.
En
la segunda parte del trabajo, aunque la capacidad de impresión ya no es tan
grande como en los primeros cortes, aún hay mucha tela para confeccionar el
traje mortífero de “Slaying The Life”. Todavía hay hueco para algún que otro
himno como “Scream For War”, tema en donde las voces de Master Motorsag son
escupidas como si salieran del mismo demonio o la rítmica “Infantry Storm”, con
algunos de los riffs más afilados y de ascendencia Black del disco y con una estructura
variada y que rápidamente te atrapa. Por su parte brutalidad es la palabra que
define a “Funeral Pyre”, donde los clásicos riffs asonantes del estilo y un
inicio tan veloz que casi parece una banda de Crust. Para el final (antes del
bonus track ya citado), “Metal Fucking Death”, tan contundente como su título,
cierra el trabajo a base de un sincopado ritmo y unos riffs que ya tienes la
impresión de haber escuchado antes en el disco pero que aún así consiguen que
reacciones, gracias en gran parte al gran trabajo de Master Motorsag.
Música honesta, underground, cruda y llena de estímulos para las mentes
más alocadas. BESTIAL MOCKERY no inventa nada, es más, “Slaying The Life” es un
refrito de riffs muchas veces oídos en bandas de Thrash y de Black primigenio,
pero el objetivo no es innovar, es hacer disfrutar y esta intención la
consiguen con creces. Quizás si no hubieran tratado de mejorar el sonido habría
sido incluso mejor (puestos a ser clásicos, lo somos con todo), pero aún así
“Slaying The Life” lo tiene todo para que si te gusta el odio hecho música, no
dejes escapar ni un minuto del trabajo.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario