miércoles, 8 de enero de 2020

ORIGIN - "Echoes Of Decimation": Vuelta al "origin".


Formados en 1997, ORIGIN despuntaron desde su primera demo como una gran banda del Brutal Death americano más técnico. Muy influidos entonces y ahora por bandas de la talla de NILE o HATE ETERNAL, pero con el regusto old-school de los grandes (MORBID ANGEL, DEICIDE...), han sabido, tras tres discos, colocarse en lo alto del panorama extremo mundial compartiendo protagonismo con tantas y tantas bandas que pueblan el género, pero diciendo mucho más que otras.

Los 27 minutos de este "Echoes Of Decimation" dejan con ganas de más, máxime si vemos que la estructura del disco va de menos a más; de lo más brutal y directo a lo más enrevesado, técnico y tremendamente interesante, condensado en los últimos tres cortes del álbum. Sin salirse del tiesto, eso sí, que lo encadena a grupos como los citados e incluso otros como KRISIUM (la batería es igual de aplastante), KATAKLYSM... y un largo etcétera. A ello contribuye también su sonido pesado, potente, pero con el toque vieja escuela necesario, lo que hace que todos los nombres hasta ahora indicados aparezcan en nuestras cabezas.

Pero no pensemos que ORIGIN es una banda de Brutal Death más. Muchos quisieran llegar a condensar en este corto espacio tanta brillantez en ejecución y composición. Al igual que sus colegas de género italianos, HOUR OF PENANCE, sin quitarse el estigma de HATE ETERNAL o NILE de encima, consiguen atraernos con unos riffs propios y originales y con un trabajo vocal excelente, dónde la voz gutural hasta decir basta, no llega al gorrinismo que tantos y tantos otros cultivan disco tras disco. 


Sus componentes destacan cada uno en lo suyo de manera sobresaliente. La batería es una ametralladora que taladra nuestras cabezas durante todo el disco (escuchad "The Burner", os dejará exhaustos). Las guitarras trazan intrincados riffs pero con algunos toques melódicos de vez en cuando muy originales y propios, como ocurre en "Designed To Expire" o "Staring From The Abyss". La voz, con esa mezcla entre gutural y agresiva a lo Glen Benton en sus mejores tiempos (los del "Legion" por supuesto), como bien nos demuestra cortes como "Amoeba".  Y en general todos los cortes del disco, configuran una gran obra digna de estar entre los mejores lanzamientos brutales que nos esperan en este 2005.

Un disco compacto (valga la redundancia), y potente a más no poder que corre entre nuestras manos de manera inesperada, demasiado rápido, dejándonos sedientos de más riffs y estructuras imposibles. Si a esto le añadimos unas letras pesimistas, nihilistas, pero lejanas de los típicos tópicos de cirugía enfermiza, obtenemos un gran disco, a la altura de las circunstancias y de las entregas previas del combo estadounidense. Paul Ryan y sus muchachos han vuelto a dar en el clavo. Sólo una pega le puedo poner, ya fuera del terreno musical: el diseño que, sinceramente y desde un punto de vista totalmente subjetivo, no me dice gran cosa. Pero bueno, esto ya es otra historia, y sobre gustos no hay nada escrito...

En cualquier caso un gran disco para los amantes del mejor Brutal Death. Brutalidad controlada, con una técnica impecable y no como otros muchos, que se limitan a quedarse en la parte brutal y no van más allá. Vuelta al ORIGIN.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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