martes, 21 de enero de 2020

DOG EAT DOG - "All Boro Kings": Un clásico crossover influyente para todo un género


Cuando uno piensa en la mezcla entre rap y metal, tendrá en la cabeza algún que otro conjunto de Nu Metal, seguramente con LIMP BIZKIT a la cabeza. Pero el origen de todo ello hay que buscarlo antes, en el crossover. Ahí tenemos a BEASTIE BOYS, FAITH NO MORE, LIVING COLOUR, BODY COUNT... y aunque no llegaron tan lejos ni tuvieron tanta repercusión también a DOG EAT DOG. Precisamente en Roadrunner, aún con el género Nu por explotar, debutaron estos últimos en 1994 con un disco que ya pasa del cuarto de siglo, "All Boro Kings" y que es mezcla de sonidos callejeros múltiples, rap, ska, funk... con la crudeza del metal y el hardcore. No fueron los primeros, pero de todos los citados más arriba probablemente fueran los que más enraizado tenían su sonido en el rap y el funk, siendo las guitarras un añadido de contundencia, pero no el motivo principal de sus temas.


Lo mejor de "All Boro Kings" es su sonido. DOG EAT DOG tenían una particularidad frente al resto: el uso de un saxofón en sus temas. Esto les hizo buscar una producción natural y fresca, en donde la caja de la batería retumba y suena a lata como sonaba en los ochenta y donde las guitarras no están en un primer plano. De hecho por esta línea intentarían ir muchos grupos de Nu Metal más apegados al rap, como los ya citados LIMP BIZKIT, si bien luego optarían por un sonido más envolvente y absorbente, en detrimento de ese sentimiento callejero que DOG EAT DOG sí tenían y no querían perder. Las guitarras y los ataques más acelerados beben más del hardcore a la BIOHAZARD que del metal, con lo que en verdad el grupo sólo era una rama más de la música que se podía escuchar en la calle a principios de los noventa. 


Con esta producción que da sensación de directo y en donde el saxo encaja a la perfección, DOG EAT DOG despliegan en su debut una música de raíz muy americana, una evolución de LIVING COLOUR hacia SUICIDAL TENDENCIES, por hacernos una idea. Todo con mucho sentido del ritmo y del groove. Aunque todo el mundo recordará el single por excelencia del disco, "Who's The King?", y no es para menos, pues logra fusionar a la perfección hardcore y rap, con transiciones perfectamente trabajadas, el disco recorre muchos cortes que sin duda forman los cimientos de un género. Es el caso de "No Fronts" y su línea de bajo adictiva, con un groove contenido al que es imposible no reaccionar, o de "In The Doghouse" que va por la misma línea y en donde el saxo lanza ráfagas totalmente pegadizas.


La fusión como punto de encuentro de culturas de la calle es la semilla de este clásico, así como la irreverencia y el sentimiento punk. No hay más que escuchar "Pull My Finger", que es uno de los cortes más despiadados del disco y donde más influencia ska podemos escuchar, tanto en el saxo como en la línea vocal. La escuela del asfalto era acicate para la cultura musical de la calle y DOG EAT DOG no fueron ajenos a ello y así lo despliegan en "All Boro Kings", donde también hay espacio para el pensamiento positivo y el empoderamiento ante el sistema establecido ("Think"). 

Toda esta mezcla fermentó en un disco que en su momento fue la fotografía de un contexto muy particular y que seguramente estuviese en la cabeza de muchos grupos de Nu Metal posteriormente cuando esta tendencia empezó a despuntar. Este clásico ha cumplido 25 años hace poco y de hecho DOG EAT DOG se han dejado caer en directo por la península alguna vez que otra. ¿Significa eso que "All Boro Kings" sigue de actualidad? Los clásicos nunca mueren y más si se fraguan en la calle como éste.


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