A
mí que me lo expliquen. Estás en KANSAS, ves que sus mentes pensantes, Steve
Walsh y Kerry Livgren han perdido la inspiración, pero que tú quieres seguir
dando rienda suelta a tu creatividad, ¡y formas una nueva banda para ello! Es
más, ¡suenas a KANSAS! Y acabemos de liar todo, ¡abres como telonero de KANSAS,
reduplicándote como si tuvieras doble personalidad! El mundo de la música nunca
dejará de sorprenderme. En cualquier caso, el resultado de todo este jaleo en
el que ni yo mismo me encuentro, es NATIVE WINDOW y su debut homónimo. Y,
efectivamente, esto es KANSAS en su versión más AOR radiofónica, sólo teniendo
como “novedad”, algún matiz más actual en el uso de las armonías, los
estribillos y la producción. El resto, si te gustó la etapa más accesible de
KANSAS, te gustará NATIVE WINDOW.
Partiendo
de estas premisas, Ragsdale, Ehart, Williams y Greer, es decir, los “mini”
KANSAS, facturan en NATIVE WINDOW un disco elegante, muy melódico, agradable de
escuchar, emocionante en ciertos momentos, pero globalmente pienso que algo
forzado, como si hubieran querido contentar demasiado a los fans de su banda
madre y no hubieran dejado fluir realmente sus inquietudes. Esta sensación se
ve confirmada si uno se da un paseo por la página web del grupo y observa como
todos los componentes de NATIVE WINDOW dejan bien claro que buscan ser una
continuación de KANSAS, sólo que debido a la dictadura de Walsh y Livgren, no
podían llevarlo a cabo en el seno de su banda y se han tenido que inventar otro
grupo nuevo. Pero, el dejar tan claro la conexión que buscan, y el hecho de que
uno siente a veces que NATIVE WINDOW podía haber explotado más una cara Hard
Rockera actual sin unirse tanto a la mítica banda de la que parten, hace que
este debut no pase del notable, e incluso diría que no va a aguantar la prueba
del tiempo y se acabará olvidando, una vez que la gente se olvide de la
motivación que lo creó.
No
es sólo una sensación, es un hecho: “Native Window” es un disco que tiene
muchos ingredientes para entrar bien alto entre la media de bandas melódicas de
la actualidad, pero que no termina de explotarlos. Especialmente Greer hace un
trabajo excepcional con su voz, los temas, además de muchos detalles de
instrumentación y el siempre necesario violín de Ragsdale, descansan en la voz
y las pegadizas melodías. Lo demuestra en “An Ocean Away”, un corte oscuro de
inicio, pero de gran intensidad vocal o “The Way You Haunt Me”, de estribillo
muy vacilón, aunque no termina de explotar. También se hace evidente en “Miss
Me”, corte muy íntimo, personal y cálido, que alargan demasiado en mi opinión,
pero que muestra a un Greer que podría moverse muy bien en tesituras renovadas
como las que fueron demostradas por los últimos HAREM SCAREM o los siempre
eficaces DARE, melodía sin rechazar las nuevas tendencias, a pesar de que
musicalmente el tema es muy ochentero. Finalmente lo demuestra un tema más
movido, más pegadizo y con buenas acústicas de fondo como es “Surrender”. Estos
cortes son ejemplos de como “Native Window” podía explotar ese aire de AOR
modernizado que tan buenos resultados en otros grupos.
Sin
embargo, instrumentalmente, y en general debido a la producción buscada, el
disco acaba por ser un poco esclavo de su propia elegancia. Es
el caso de la acústica “The Light Of Day”, la bluesy “Blood In The Water” o la
demasiado pausada “Still (We Will Go On)”. Cortes que se vuelven algo aburridos por tratar de sonar en
exceso a “otra cosa”, y en menor medida “Money”, donde Ragsdale asume demasiado
protagonismo en la melodía inicial en mi opinión. En cualquier cosa, apreciado
globalmente, NATIVE WINDOW ha facturado un trabajo, cuanto menos, interesante,
aunque no apabullante. Incluso teniendo presentes las premisas, pienso que el
grupo podría haber dado algo más de sí. Y quizás si no diesen tantas
explicaciones y se hubiesen dejado llevar por sus propios instintos estaríamos
hablando de un disco mejor, o al menos no tan descompensado entre algo muy
bueno (la voz y la melodía) y algo tan correcto y encorsetado (el sonido y la
instrumentación). Aunque no cabe duda de que gracias a esas explicaciones y a
las pretensiones continuistas respecto a KANSAS, supongo que NATIVE WINDOW
tendrán una cuota de oyentes que de otra manera no tendrían.
En resumen. Aunque aún estoy asimilando el origen de NATIVE WINDOW y las
intenciones de sus componentes, así como el comportamiento del grupo nada más
formarse, asumiendo el rol de “apéndice” de KANSAS, el debut de este grupo es
un trabajo que se deja escuchar y que sólo por comprobar las buenas dotes de
Greer merece la pena. Quizás, si ven que el invento funciona, en un segundo
esfuerzo veamos más personalidad y menos travestismo, mientras tanto esto es lo
que hay, y tampoco es malo.
(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)
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