jueves, 16 de enero de 2020

IXXI - "Elect Darkness": volviendo a los orígenes.


La estela no se ha hecho esperar. Desde que Shagrath, Abbath y Satyr se están dedicando a hacer del Black una “vuelta a los orígenes”, que en realidad no es más que una disminución de las revoluciones y un aumento de la sencillez, otras bandas están surgiendo a su alrededor, pero quizás no había visto un ejemplo tan claro hasta ahora como IXXI y su tercer disco “Elect Darkness”. Los suecos cogen la influencia de los últimos IMMORTAL y de lo que Abbath hiciera en I (una base de Heavy épico y voces rasgadas), le añaden el toque rockero de Shagrath en CHROME DIVISION y acaban con la infamia de sencillez y aburrimiento de lo último de SATYRICON.

Así pues que nadie busque un Black afilado, frío y tortuoso. Ni tampoco nada excesivamente épico, recargado y elaborado. Aquí no hay nada de eso, IXXI se primitiviza en “Elect Darkness” y ofrece un predominio absoluto de medios tiempos, rítmicos, sencillos y aparentemente pegadizos, pero que se van tornando en constantes y previsibles con las escuchas. Las guitarras rara vez se dedican a hacer algo más que tocar dos o tres riffs que a veces parecen nu metaleros, la sección rítmica no consigue salir del metrónomo y las voces se exageran tanto que acaban por sonar a chiste. Eso que algunos llaman Black And Roll, y con lo que a Satyr y compañía se le llena la boca al decir que es el verdadero origen de su música, no es más que una estratagema para atraer audiencias ajenas e IXXI, desde un punto de partida más modesto, ha tratado de emularlo. Según digo esto, más de uno dejará de leer. Os aviso, no tan rápido, que no todo es tan malo como lo pinto.


Digo que no es tan malo, porque afortunadamente en algunos temas IXXI tiene en I su principal referencia y eso es bueno, porque la épica a lo BATHORY que tiene ese proyecto siempre me ha gustado. Especialmente en “Underworld” esto se hace evidente, un tema raro, lento, con un desarrollo de continuo vaivén, pero que tiene unas guitarras solistas brillantes. Y esto es algo que se repite en el cierre del trabajo, “A Bitter Lesson”, un tema decadente, emocional, atmosférico y tocado con mucha pesadumbre (y no digo esto debido al título del tema, realmente transmite esas sensaciones), que también mantiene esa épica desgarrada del primer corte, sólo que con un trasfondo aún más oscuro y fantasmal, ayudado por la voz de Totalscorn, que puede parecer excesiva en primeras escuchas, teatral, cambiante y algo esquizofrénica, pero que encaja con la atmósfera del corte. Para de contar, el resto, salvo algún destello iluminativo, es fiel a Satyr y a la simplicidad ingenua de los últimos trabajos de SATYRICON, lo cual me genera aburrimiento, debiendo de atarme firmemente al palo mayor del barco cual Ulises, para no sufrir la tentación de ir pasando cortes antes de que acaben.

No hay más que escuchar “Western Plagues” o “Enthusiasm” dos ejemplos del daño que está haciendo SATYRICON en sus dos últimos trabajos. Medios tiempos, voces rasgadas y por momentos ridículas, riffs tocados con desgana y nada realmente nuevo que aportar. Juegos cuasi industriales como “Southern Tribes” o “Eastern Minions” tampoco me dicen mucho pues no le veo mucho el sentido a hacer un tema con una sencillez rítmica tan exasperante pero sin decir nada tres minutos y medio que dura. Y ya no digamos engendros como “Beyond The Rupture”, que parece un manifiesto musicado de un borracho a las seis de la mañana. Además IXXI tiene un problema y es que han querido dar una vuelta de tuerca a su sonido y se han dotado de una producción limpia, pulcra y totalmente aséptica, que unido a las estructuras repetitivas y faltas de interés, terminan por completar el sopor. El Black está sufriendo una crisis de identidad, aunque afortunadamente aún hay grupos que pueden ofrecer muchas cosas, e incluso escenas prolíficas como la francesa que siguen dando alegrías.

En su favor se puede decir que, al partir de premisas mucho más modestas, mantienen aún la agresividad innata del estilo, de lo que alguna vez fue el estilo. Esto unido a los dos temas citados como ejemplo de épica y decadencia bien entendida, pueden salvar de la quema “Elect Darkness”. De hecho recomendaría mucho antes este disco que cualquiera de los últimos de SATYRICON, pero tampoco se puede decir que IXXI se puedan vanagloriar de esto que acabo de decir. Para resumir un poco: “Elect Darkness” es un tratado de falta de ideas y aburrimiento soberano, con algún momento de lucidez que se salva.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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