viernes, 17 de enero de 2020

NECROPHAGIST - "Epitaph": un disco que marcó una época.



Estamos ante una jovencísima banda alemana con una larga historia. Nació en 1992 pero no empezó a grabar hasta 1999 (siendo su líder, Muhammed Suicmez su único miembro entonces). Debutaron con un disco muy técnico (seguramente la causa de que sólo su líder se quedara en el grupo), de complicada composición y ejecución, lo que consiguió llamar la atención sobre ellos. Una vez que consiguieron una formación estable, empezaron a componer para su nuevo disco, "Epitaph", llevando aún más allá su tecnicismo y su excelente música.

Me es muy difícil hablar de influencias en este grupo, porque aúnan en un mismo paquete, estilos tan dispares como el Metal progresivo, el Thrash Metal más agresivo y retorcido al mismo tiempo, el death técnico a lo DEATH y letras y agresivida gore (algo que han maquillado un poco, no siendo tan explícitos como en su primer disco). Todo ello con una voz ultra gutural muy en la onda de los grupos de Brutal Death europeos (INSISION, DERANGED...). Como se puede ver son inclasificables y muy personales, pero por todo ello me parecen imprescindibles, por el virtuosismo de cada miembro del grupo y por el dinamismo de sus composiciones, realmente sorprendentes.

El disco se abre con el tema más rápido, potente y gore de todos: "Stabwound", con una batería que te deja exhausto y unas guitarras con unos desarrollos al más puro estilo YNGWIE MALMSTEEN en versión Death. "The Stillborn One" es un medio tiempo (aunque con algunas partes muy veloces) con un doble bombo machacante y unos riffs pesados, en dónde el bajo se convierte en un elemento fundamental, con una línea complicada pero que cubre todos los espacios. Los intercambios de solos entre los guitarristas son excepcionales. En "Ignominius & Pale" de nuevo pisan el acelerador, con unos intrincados riffs y constantes cambios de ritmo. "Diminished To Be" da una vuelta de tuerca más a su complicado mundo musical. Riffs cada vez más complejos, pero a la vez pegadizos y cambios de ritmo imposibles. 


"Epitaph" se basa en un tiempo y en unos riffs de corte más Thrash, más directos, pero igualmente dinámicos y de elaborada composición. "Only Ash Remains" se abre con una bajo excelente y con unos desarrollos de guitarras dobladas que parece que estemos ante una versión Death del "Metropolis" de DREAM THEATER, y no exagero en absoluto en la comparación. Incluso se atreven con influencias jazzísticas en su parte final. "Seven" es el tema más complejo y técnico de todos, difícil de entrar en él, pero cuando se consigue resaltan una vez más las grandes capacidades compositivas del grupo. La velocidad vuelve a ser la protagonista en el punto final del disco, "Symbiotic In Theory", al igual que en el tema de apertura, con una batería aplastante y dónde, de nuevo, cada componente del grupo brilla con luz propia.

La propuesta musical de NECROPHAGIST es arriesgada. Por la voz y la temática de sus letras, puede que no le guste a los seguidores del Metal técnico y progresivo; por los solos de guitarra y los largos desarrollos musicales, puede que no le guste a los amantes del Death más brutal. Pero desde luego son únicos y sorprendentes, si sabes escucharlos sin etiquetas y sin prejuicios, sino te estarás perdiendo un excelente disco.

(Crítica publicada también en: http://www.rocktotal.com)

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